Ante la inminente nueva bajada de sueldos de los funcionarios y, visto que nadie va a mover el culo por nosotros, ni siquiera nosotros mismos; propongo que a partir de que se produzca, trabajemos menos. A menos sueldo, menos trabajo. A los maestros, por ejemplo, no se os ocurra llevaros nada para corregir a casa, cumplid escrupulosamente vuestro horario de exclusiva, ni un minuto más, no prepareís nada extraordinario (ni fiestas, ni adornos, ni actuaciones...). Amamos nuestro trabajo y todo lo hacemos por los niños, pero DEJEMOS DE HACER EL GILIPOLLAS mientras no nos paguen nuestro esfuerzo a nosotros, que ya hemos pasado procesos de selección y demás filtros varios hasta llegar aquí.
Y quien lea esto y crea que tenemos muchas vacaciones y que vivimos como reyes, que se saque la carrera, oposite y se ponga a currar por un sueldo mísero en relación a la función social desempeñada; ya que la educación es lo más importante y, si no fuéramos un rebaño, ya habríamos mandado a tomar por culo a estos gobiernos que se aprovechan de nuestra pobre ignorancia o, más bien, de nuestra pasividad.
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