jueves, 2 de enero de 2014

CONVERSACIONES EN EL ARMARIO

Cuentos en el Pinar: "Conversaciones en el Armario".


-"Mierda"- Dijo Margaret, la bufanda.
-"¿Qué te pasa, querida?"- Respondió Louis, la rebeca rosa.
-"Se acerca la hora del almuerzo y parece que refresca, ese idiota estará a punto de llegar. No me apetece que me enrosque sobre su cuello y me lleve a danzar por ahí con este frío horrible".
-"¡No te quejes! Al menos a ti te saca todos los días, de mí se ha olvidado por completo!-Apostilló Oscar, el jersey de lana.
-"¿Quién va a querer ponerse un jersey de lana si no es para sentarse a escribir poemas en el balcón?".
-"Oye, Maggie...yo no me he metido contigo".
-"Disculpa, querido. Me pone nerviosa, me araña con su barba de tres días, me..."
-"Aquí huele mucho a humedad" dijo Erick, el nuevo chubasquero.
-"¡Habló el novato! ¿Para qué crees que estás? ¡Eres un chubasquero, chaval!"-dijo Oscar.
-"Oscar, ¿eras tú el que hablaba de respeto?"-Dijo Margaret.
-"Perdona, Maggie. Sí, lleva días lloviendo y hoy parece que refresca".
-"No me lo recuerdes".
-"Cada uno tiene su momento"-Dijo Peter, el viejo abrigo marrón.
-"Huele a humedad por esa vieja cañería. ¿A quién se le ocurriría poner un armario justo donde las cañerías?"-Retomó Margaret.
-"Cuando yo llegué, había una que no paraba de sudar...a veces me salpicaban las gotitas de agua y me ponían perdido"-dijo entonces el viejo Peter.
-"Parece que llega alguien"-Dijo Erick.
 
John llegó a su apartamento y guardo su paraguas en el paragüero. Se preparó un café en la resquemada cafetera y se puso a almorzar.
Llamaron al timbre, era Susanne.
-"¡Coño, no puedes estar aquí!"-Dijo John sobresaltado.
-"No me gusta que me dejen con la palabra en la boca"-Respondió la joven rubia tapándole los labios a John con el dedo índice coronado por la uña pintada de rojo.
-"Estás loca, ¿lo sabes?"-Respondió mientras se lanzaba a su cuello.
 
Estuvieron besándose por todo el apartamento. Se dirigieron al dormitorio mientras iban desnudándose el uno al otro.

-"¡No me lo puedo creer!¡Es un cabrón!"-Dijo Margaret.
-"¿No es esa su mujer?"-Dijo Erick con voz inocente.

-"Mi mujer viene esta tarde, tienes que irte pronto".
-"¿Tan pronto me va a despachar, Sr. Johnson?".
-"¿Me estás llamando maricón? ¡No me gusta que insinúen eso!".
-"Ssssssh...caaaalma. Yo no he dicho eso".
 
-"¡Me pone enferma!"-Se enfurecía Margaret.
-"Ya no hay decencia ninguna"-Dijo Peter.
-"Cuando mi mujer me abandonó, se fue sabiendo que nunca la fui infiel con ninguna chaqueta, rebeca o camisa de las que por aquí pasaron. ¿Dónde ha quedado el amor incondicional hacia los seres queridos?"-Prosiguió.
-"Tu mujer no te abandonó, Peter. La llevaron al tinte y la jodieron, es solo eso"-Dijo Oscar.
-"Un buen día te llevan al tinte y te joden, así termina todo"-Dijo Gordon, el chaleco del traje de gala de John.
-"Y que lo digas, hijo...y que lo digas. Tú lo sabes bien"-
-"Ese hijoputa ha engordado, os lo digo yo. El sábado pasado, en la cena, ¿recordáis? Tuvimos una cena de negocios con toda esa gente de la ferroviaria. Entre la grasa que se le ha puesto en el vientre y los sudores... Yo creo que estaba de los nervios, no paraba de agitarse y de sudar como un cerdo. Me quedé ceñido a su cuerpo como si fuera el papel de una magdalena, os lo juro"-Siguió contando Gordon.
-"¡No me lo puedo creer! Y encima se las da de machito. Está haciendo quedar a esa chica como una golfa rubia tonta"-Continuó indignada Margaret.
-"Vamos, Maggie. Ya sabes que no es la primera vez. Además, Charlotte tampoco es una santa que digamos"-Dijeron Mickey y Willy, los calcetines oscuros de John.
-"El otro día la muy puta se trajo a un negro al cuarto...¡a un negro!"-Dijo Oscar.
-"¿Qué tienes en contra de los negros? Yo soy negro"-Dijo Erick, el chubasquero.
-"¿Qué os pasa? Él puede hacérselo con su secretaria y ella no puede hacérselo con quien quiera. Sois unos machistas asquerosos, si una mujer se lo hace con un tío, es una puta, en cambio si un tío le pone los cuernos a su mujer, es un macho. ¡Me pongo enferma!"-Argumentó Margaret.
-"Maggie, las prendas de vestir no podemos ser machistas. El muchacho se está equivocando. En esta pareja ya no reside el amor"-Tranquilizó el viejo Peter a Margaret.

Susanne se vistió y se marchó del apartamento de John. Este se quedó tumbado unos minutos sobre la cama con la camisa abierta y los calcetines puestos.
 
-"¡Menuda pinta"-Se dijo a si mismo.

Tomó una ducha y abrió el armario. Se vistió y cogió al viejo Peter. Abrió las cortinillas de la ventana del cuarto y vio los cristales empañados. Cogió a Margaret.
Salió por la puerta.

-"Esa tía vendrá más tarde"-Dijo Gordon.
-"Es una buena chica, es una abogada muy valorada en su trabajo"-Dijo Rouse, el traje de chaqueta de Charlotte.
-"También es muy valorada aquí abajo"-Dijo Pinnie, el tanga negro.
-"Querida, Charlotte sabe lo de Johnson desde hace mucho tiempo. ¿Por qué creéis que nos fuimos a Paris? No era un viaje de negocios, ella necesitaba pensar lejos de aquí."-Dijo Rouse comprensiva.
-"¿Por qué seguirá con él?"-Dijo Polly Sue, el sujetador de Charlotte.
-"Parece que no te enteras de nada, Polly...es normal, estamos más fuera que dentro de ella para saberlo"-Dijo Pinnie.
-"A mí no me parece una mala chica"-Dijo Polly.
-"Es un alma que está sufriendo. Lo dejó todo por venirse a triunfar a la gran ciudad. La he oído llorar desconsolada a los pies de la cama. Piensa que John es el que ha hecho todo esto, el que ha construido esta vida para los dos...en el fondo no cree en si misma"-Dijo Rouse.
-"¿Y por qué no hablan y lo solucionan?"-Dijeron Mickey y Willy, los calcetines de John.
-"Parece que hace un poco de calor"-Dijo Erick.
-"Ha llegado ella"-Añadió Rouse.
-"Ha puesto la calefacción, estoy sudando"-Dijo Oscar.
 
-"No puedes seguir con esto, Charlotte"-Dijo Ray, su compañero de gabinete.
-"Ray, no quiero seguir hablando de ello. Si no te importa, vamos a revisar el caso. Me duele la cabeza."
-"¿Por qué no puedes ver más allá de John? Mereces a alguien que te haga feliz."-Insistió Ray cogiéndole la mano a Charlotte.
-"Dejémoslo, ¿vale?".
-"Escucha, eres una mujer de éxito. No necesitas seguir engañándote a ti misma. Le ven todas las noches en el club invitando a Martinis a las camareras y eso cuando va solo. ¿Qué te dice a ti, Charlotte? Te dice que trabaja hasta tarde y tú te lo crees a pesar de lo que ya sabes sobre él."
-"Ray, no quiero seguir hablando de John"-Dijo Charlotte a punto de romper a llorar.
-"Si lo vieras, si tan solo por un momento te quitaras la venda de los ojos y lo vieras...pasar al amor de tu vida por delante de ti, si lo vieras Charlotte..."-Dijo Ray apretándole la mano.
-"Te agradezco lo que intentas hacer por mí, pero..."
-"Pero, ¿qué?...te quiero, no puedo soportar que te esté haciendo esto. Te quiero.."-Dijo Ray susurrando al oído de Charlotte antes de besar sus labios insistentemente.
-"Déjame, Ray...no quiero hacer esto".
-"¡Joder!"-Se levantó violentamente Ray.
-"Me parece increíble que pases de mí. Yo soy el único que sabe por lo que estás pasando, yo soy el que está contigo siempre a tu lado, el que te va a buscar cuando te encierras en el baño de la oficina a llorar. ¡Joder, Charlotte! ¿Es qué no lo ves?".
-"¿Qué es lo que hay que ver, Ray?"-Dijo John, quien había entrado a su apartamento con disimulo.
-"Escucha, John. No es lo que parece, hemos venido a terminar unas cosas sobre un caso"-Dijo Charlotte.
-"¡Mientes, puta! ¿Me tomas por tonto? ¡He visto como este pipiolo te picaba la boca, joder!".
-"¡Tranquilo, John!"-Gritó Charlotte.
 
John se dirigió enfurecido a Ray y le soltó un derechazo que lo tumbó en el suelo. Después cogió a Charlotte por el brazo.

-"¡Se la va a cargar!"-Dijeron Mickey y Willy.
-"¿Qué está pasando?"-Dijo Rouse.
 
-"¡Puta, más que puta!¡No me lo puedo creer!"-Zarandeó a su mujer.
De repente, se echó las manos hacia el cuello. Trataba de quitarse a Margaret de encima, pero esta apretaba y apretaba. Se puso rojo, sin oxígeno, luego morado...y cayó muerto en el suelo.

Ray salió corriendo del piso. La mujer lloraba histérica. Telefoneó a la policía. Le puso al viejo Peter por encima y se sentó al borde del sillón a esperar...




No hay comentarios:

Publicar un comentario