Hoy voy a escribir sobre esa figura aparentemente todopoderosa y mitificada como son los jefes.
En primer lugar debo aclarar que mi análisis se centra en cómo son los jefes en España; Y me centro a nivel nacional, porque pecaría de imprudente a la hora de manifestar una opinión muy personal cuando apenas se cuentan con los dedos de una mano el número de superiores que yo haya podido tener a lo largo de mi vida laboral y considerando que muchos de los modelos de organización empresarial y de los estilos de liderazgo son absolutamente divergentes de una cultura a otra e incluso de un país a otro.
Yo siempre digo que en España no sabemos ser jefes y eso es un grave asunto. Creo que no sabemos ser jefes por las siguientes razones:
- Porque no está bien definido en la realidad quién es el jefe: Por absurdo que parezca, existe primeramente una confusión en cuanto a la propia denominación de jefe, es decir, ¿Director?, ¿Gerente?, ¿Jefe de departamento? ¿Coordinador? ¿Presidente?...¿Quién coño es el jefe en una empresa? Tal vez en la empresa japonesa "chocholoco" dedicada a la fabricación de muñecas hinchables al por mayor el Gerente mande más que el Vicepresidente adjunto, como tal vez en la empresa "Caramelos Goma Potente, S.L" el Coordinador de planta sea el puto amo, por encima del Director de zona o el Jefe de Tráfico o de distribución.
Es decir, existe una confusión nominal en torno a quién manda más, así como quien no quiere la cosa. Y, en segundo lugar, existe una confusión real en cuanto en tanto a, en la praxis, ¿Quién coño es mi jefe? Es decir, ¿Consideramos jefe al encargadillo de turno del Burguer King, o consideramos jefe al Gerente de ese restaurante Burguer King en concreto o, a lo último, al Director General de Burguer King en el mundo mundial?
El problema real es que, aquí son todos jefes, y la palabra "Jefe" es muy peligrosa, porque quienes ostentan ese rol de encargao, responsable de equipo, jefe de departamento o de área, en realidad son gente que, en mayor o menor medida y dependiendo del tamaño de la empresa, cobran 4 duros más que tú y la cuestión que nos atañe es que realmente se creen jefes de algo.
Explicao más sencillo, yo, como Coordinador de Ciclo en mi centro de trabajo, que no cobro ni un euro por serlo, solamente en especias ( y no precisamente en carne, por desgracia para mí..jeje), ¿Tengo la catadura moral de mandar callar a una señora que lleva 30 años más que yo en mi misma profesión por muchas chorradas que esté soltando por su boquita en esos momentos? ¿Puedo echarle yo la bronca a ese compañero que la ha cagado muy seriamente en un determinado momento?Pues yo, que no cobro para ello ni quedan ni siquiera claras dentro de mis funciones lo que debo o no debo realizar, hasta donde puedo y no puedo llegar, y eso es así porque en España nos encanta jugar al despiste con las leyes y más en los trabajos, paso por completo; Cosa que no quiere decir que al Coordinador de la Escuela Infantil de Alpedrete Norte se le haya subido ese "cargo" a la cabeza y vaya a las reuniones con "sus empleados" poco menos que con el cuchillo afilado presto para hacer rodar cabezas a diestro y siniestro por doquier.
Más llano, para que lo entendamos, que en encargaducho del Pans & Company, que es ese restaurante donde venden bocatas, que ya no los come ni el tato, le haga la vida imposible a la Gladys de turno resulta un tanto irónico ya que, ¿Quién es el encargaducho para echarle la bronca a la Gladys de turno, si en encargaducho de los bocadillos cobra 20 pavos más por ser encargaducho de la Gladys de turno?
Todavía más sencillo. Cuando curraba en el mundo de la seguridad, alguna de estas veces que me daba por llamar a la oficina de mi macroempresa de seguridad, más que nada porque se estaba produciendo un incendio en el edificio que custodiaba o, simplemente, para un tema administrativo de menor calado (vacaciones, cuadrante, etc.)...Es decir, tonterías, cuando milagrosamente alguien cogía el teléfono y preguntabas por tu supuesto jefe, que allí se llamaba de forma muy moderna, Jefe de Servicio, resulta que el tal Jefe de Servicio ya no era ese por quien tú preguntabas, porque ese Jefe de Servicio ahora era otro, porque ese Jefe de Servicio ahora llevaba otros servicios, pese a que continuaba, en el fondo de su corazón, llevando tu servicio.
Es decir, que poco menos que tú, a la desesperada, te presentabas en alguno de tus escasos días a la oficina de tu macroempresa de seguridad y preguntabas por quién llevaba tu servicio, y levantaban la mano cinco personas.
Pues bien, como me dijo en alguna ocasión mi amigo Ángel, querer llevarlo todo en una empresa es no llevar nada.
Eso es lo que sucede en muchas de las grandes empresas y eso no tenemos nada más que verlo cuando llamamos al teléfono de atención al cliente de, no sé, por poner un ejemplo, una compáñía de telefonía móvil, excelso momento este en el que, si la movida es tocha, unos empiezan a pasarse la bola a otros, porque todos, en el fondo de su corazón llevan el tema, pero a la hora de comerse el marrón, realmente quien lleva el tema es el Jefe de Departamento de no sé que, quien, como es tan importante, no te puede atender, en muchas ocasiones porque ni siquiera se le debe molestar para estos casos cotidianos como, por ejemplo, "Hijos de puta, que hace 4 meses que ya no estoy con vosotros y me siguen llegando a casa vuestras facturas" (caso ficticio, pero seguro que real para alguno de los que me leen).
A todo, esto...Pregunto yo, ¿Quién es mi jefe?, porque teóricamente es Esperanza Aguirre, pero...En este caso, prefiero negar la evidencia.jejeje.
- El segundo bloque de argumento es que, sencillamente, aunque conozcamos quien es el mandamás de la empresa, en España no sabemos ser jefes, por otra serie de razones más ciéntificamente demostrables, sobre todo por los expertos.
Pienso que, en muchos casos, no existe un macromodelo organizativo claro y los estilos de liderazgo no están definidos. Es decir, que tenemos todavía mucho que aprender en ese sentido de ciertos países como, sin ir más lejos, EEUU, cuya política empresarial en muchas compañías de cierto renombre tiende más a la motivación de los trabajadores, el trabajo en equipo, al tan de moda "Coaching", medidas que aquí denominamos emprendedoras cuando, en sustancia, subyacen a un modelo de organización mucho más coherente y centrado en las personas, quienes son las que verdaderamente hacen que haya un aumento de la productividad en una empresa.
En España, nos hemos dedicado a emborracharnos de poder y a atajar las situaciones personales con el "Ordeno y mando", un viejo y tirano estilo de liderazgo absolutamente déspota y cuyo aumento de la productividad sería irrisorio en todo caso.
Nos hemos acostumbrado a dehumanizar las relaciones interpersonales, a ver al trabajador como un currifichante, un número más, a que la mayor parte de las comunicaciones con los superiores sean órdenes impuestas o reproches, en muchos casos injustificados; Es decir, se sigue llevando mucho en este país, el típico jefe que quiere vivir por encima de sus posibilidades y sólo aparece en el centro de trabajo a determinadas horas del día, cuando no de la semana, a ver la facturación, los gastos y poquito, poquito más y que, en ese "ratito" tratan de organizar patéticamente aquello que ellos mismos han desorganizado con su "no presencia" o, lo que es más patético todavía, hacerse los guays y a ponerse a hacer labores de curritos para, poco menos que, también patéticamente demostrar que todos tenemos que arrimar el hombro sintiéndose orgullosos de tal hazaña.
Este estilo de liderazgo es consecuencia de la no existencia de modelos de organización que partan de quiénes somos, a qué nos dedicamos, qué queremos conseguir, cómo lo vamos a conseguir y para qué lo vamos a hacer; No, en España seguimos estos modelos, más o menos (normalmente menos) en alguna que otra multinacional y dependiendo del área de negocio, aunque en su mayoría todo queda en lamentables intentos de nombrar o tecnificar de forma snob ciertos modos o maneras de hacer, vease algo vocabulario empleado en muchas empresas grandes, al estilo de lo que sigue y que yo le doy mi propia lectura:
Estrategia: Es lo que yo entiendo por a ver qué se me ocurre ahora para sacar más pasta dándole la vuelta a lo mismo.
Concepto: Es la ídea que yo tengo de lo que yo voy a hacer en mi empresa y que la he copiado de la competencia o que lo he leído en la revista "Emprendedores".
Office Manager: Amos, esto debe ser un cargo importante, pero yo he visto que a muchas secretarias se las llama así, porque en americano queda más chulo.
Development Company: Ponerle esa apostilla a "Caramelos Goma Potente Development Company, S.L", pues queda como más sofisticado, vaya.
Cadena de mando: Consiste en que el pez gordo, le pasa el marrón al pez pequeño, para que este a su vez se lo pase al pezqueñín (encargaducho) y que sea este quien nos eche la peta.
I + D: Vamos, que eso debe ser un departamento que se encarga de enseñar a sumar a los contables.
A estos tecnicismos deben sumárseles algunos bochornosos intentos de aumentar la productividad, del estilo poner una sala con sillones, una TV, una Play o una mesa de Ping Pong o formación, muuuuuuuucha formación en dinámicas para aprender a trabajar en equipo, calidad, etc.
Todas esas gilipolleces son nimiedades si no hay algo más que lo empape. No sé qué o cuál modelo de organización, porque yo no vengo del mundo de la empresa ni soy jefe; Lo cierto es que ese modelo, se llame como se llame, tiene que creer en las personas, quienes no trabajan por amor al arte, trabajan por pasta, démosle a cada uno lo que le corresponde, cuando no con dinero, al menos, con unas condiciones dignas de trabajo, con una comunicación fluida, con un trato justo y equitativo, con una motivación doblemente intrínseca y extrínseca, dale a tus empleados un motivo más allá del económico para esforzarse en la empresa...Esto no viene sólo y si nos pasa lo que nos pasa es porque las relaciones personales se han perdido en el mundo del trabajo, no hay un reconocimiento, por tanto, no hay un escalafón a la vista, el jefe ha perdido, por tanto, su capacidad de reconocer la valía de sus empleados, porque saben que otro vendrá y cubrirá la vacante, no hay una atención personalizada hacia las personas, la empresa no tiene noción de servicio público hacia los currantes, se encierra herméticamente en su naturaleza de empresa privada...Y de las condiciones laborales, mejor ni hablamos (o lo hablamos otro día).
Situaciones como estas nos han llevado a un enfriamiento de las relaciones entre las personas: El 90% de la gente que vemos por la calle está, ha estado o estará quemado en algún momento de su vida laboral y eso trasciende el ámbito de lo privado, para pasar al ámbito de lo social y así va la gente, y así va la sociedad.
Siempre he confesado que algún día me gustaría ser jefe, pero jefe de verdad, no ostentar cargos intermedios que no conducen a una vivencia exacta de lo que es la experiencia en sí. Y me gustaría serlo, porque me veo capaz; Y me veo capaz, porque yo mismo he tenido jefes, cuando he sabido quien eran, absolutamente incapaces y a los que, modestamente, creí en todo momento dar mil vueltas con la salvedad de que los papeles estaban cambiados. Traducido: Prefiero sinceramente ser yo dueño de mis propios actos a estar manejado por un papanatas inutil que ni siquiera es merecedor de mi confianza.
La segunda razón por la que me gustaría algún día ser jefe es porque quisiera, como aprendizaje mismo de la vida, demostrarme a mi mismo que podría serlo fiel a los principios que he defendido en este artículo. Sabemos y, no nos vamos a engañar, que ser jefe implica muchas responsabilidades y que, en muchas ocasiones, pecar de permisivo puede traer a un jefe problemas opuestos al del jefe restrictivo; La cuestión es que el restrictivo se queda en eso, en rerstrictivo, y creo sinceramente que eso se produce por una falta misma de seguridad en uno mismo. No creo que haya que ser taxativo con un estilo de liderazgo, pienso que la filosofía de "Una de cal y otra de arena" manejando sabiamente los tiempos con firmeza y, a la vez, con cercanía y mucha comunicación son pequeñas estrategias, no de mercado, si no de la vida, que pueden hacerte triunfar en los negocios o, mejor aún, con las personas: Ese será el momento en el que el jefe quede desmontado por la persona.
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