Eso quisiera yo saber: ¿Qué es la amistad? No tengo muy claro ese concepto, pero sí estoy convencido de lo contrario: ¿Qué no es la amistad?
La amistad no es tener a ciento y pico amigos en el Facebook, amigos que han pasado por tu vida a lo largo de los años y en diferentes épocas; Gente que ni siquiera conoces, en algunas ocasiones, independientemente de que quisieras o no.
La amistad no es poner por aquí o por el Tuenti, el Twiter o cualquier otra red social un currado mosaico con palabras bonitas o mensajes tal como "TQM", "TKM" o demás nimiedades dirigidas ¿A quién? ¿Son esos tus amigos?
Fuera del mundo cybernético, en la vida real, la amistad es un valor en desuso, como lo es el amor. Igual que en la sociedad actual no hay cabida para algo tan hermoso como es el amor, empieza a cerrarse el hueco para albergar un valor tan importante como es el de la amistad.
Todos necesitamos a alguien; No podemos seguir viviendo en soledad en la sociedad del conocimiento, de la información, de la interacción social...Ella existe porque existe esa necesidad; Porque muchas personas se necesitan las unas a las otras bien se sientan sólos, bien quieran ampliar su círculo de amistades, bien por buscar un apoyo en alguien...Y todo esto es asi porque "El hombre es un animal social" (y de costumbres).
Pero, ¿Hasta qué punto las relaciones de amistad de hoy son reales? (Sí, de hoy, no de hace diez, veinte, treinta años o un siglo).
Me gustaría compartir mi experiencia. Muy resumidamente diré que a lo largo de toda mi vida he tenido pocos amigos y sí que, esencialmente en los últimos años de mi vida, mucha gente en mi entorno más próximo.
Hoy yo, al igual que tú, contamos con los dedos de una sóla mano a nuestros amigos de verdad. A ello le podemos sumar que, como es mi caso,algunos de mis amigos son mayores que yo, sus vidas ya están definidas y, por desgracia, en algunos momentos podemos estar más o menos distanciados, aunque siempre los llevo conmigo allá donde vaya (Ángel, Juanito, David, Javi, José....).
A ellos les quiero dedicar esta entrada. En estas fechas, en las que todo es falsedad y los que manejan el cotarro nos conceden una pequeña licencia para ser felices en este tiempo de unión y felicidad (en una sociedad en la que no nos soportamos los unos a los otros y el egoísmo es el verdadero espíritu navideño). A mis pocos amigos les deseo lo mejor para el año 2011, año en el que espero seguir contando con vosotros, porque soís parte de mi vida y cada vez que estoy con alguno de vosotros, me enseñaís algo nuevo.
Al resto, les deseo lo mejor, incluso a aquellos que, como es mi sino, destino o como quiera llamarse, desaparecieron o nuestra amistad todavía no está del todo consolidada.
Mi especial recuerdo a los primeros. El infierno de la noche nos unió y una mala mujer nos separó. Aquellos con los que tantas risas, tantas noches y noches sin dormir, tantas historias...Les doy las gracias por haberme hecho vivir una mentira; Por haberme hecho creer en ocasiones que su compañía era algo más, iba más allá de lo que realmente era. Aquellos con los que, fuera del negocio de bares, pubs y discotecas compartí algo más: Mi tiempo libre, realmente mi vida.
Ellos, como un ciclo que comienza desde que se entablan las primeras relaciones de amistad, aparecieron como un eclipse y se fueron como una estrella fugaz: Unos por malentendidos y otros cuando encontraron algo mejor, en la mayor parte de las ocasiones, una mujer; Momento de inflexión en el que ni siquiera hubo un progresivo distanciamiento, si no que este se produjo de forma violenta y repentina, tal como los animales, bien o no de costumbres.
Algunos volvieron con el rabo entre las piernas, otros desaparecieron y de ellos sólo quedan los recuerdos. Ellos también me enseñaron algo: Las personas nos utilizamos las unas a las otras con algún propósito; Una vez que el servicio se ha cumplido, se reniega de esa persona y la vida continua.
Yo, que entiendo hasta donde puedo leer, nunca compartiré esta filosofía. Por esa razón, a todos cuyo concepto de la amistad es este, os pido permiso para que comprendaís que tengo derecho a no comprender aquello que se ve como normal sin ser normal.
Al no comprender yo esto, reivindico mi derecho a manifestar mi disconformidad con las relaciones sociales hetereas, vanales, superfluas, momentáneas, esporádicas, interesadas y demás adjetivos que pudieran definir el espíritu egoista de esta nuestra sociedad actual.
Reivindico mi derecho a poder seguir interesándome por aquellas personas a las que el destino nos haya hecho distanciarnos, porque siempre es tiempo de poder reavivar aquello que en algún momento nos unió si, y solo si, el interés fuera mutuo de ambas partes, a un lado y al otro de la cuerda que nos une.
Reivindico además mi derecho a no comprender espantadas, huidas, desapariciones rimbombantes e injustificadas, como también reivindico mi derecho a no dar por válidas explicaciones tales como que la gente ya tiene resuelta su vida, que llegada a determinada edad (la mía, por ejemplo) en la que esas cosas pasan, etc.
Reivindico mi derecho a ser un ignorante en ese sentido, asi como a manifestarme y, de paso, procalamarme como Rey de los idiotas o, por contra, genio supremo de la humanidad que no la sigue, porque no le gusta, que no lame la oreja al de delante, porque no es sumiso a los devenires que nos marcan las sociedades modernas, bajo el yugo del que manda, aplastados bajo la huella de los edificios que se erigen altos, en contraposición con la pequeñez de las personas...Perdonadme,pues, por ser grande, muy grande.
Os deseo felicidad para el año que comienza y, aunque suene tópico o típico, que tengaís mucha paz, mucho amor y sobre todo...Libertad (como decían los Medina en sus conciertos). Por cierto...Esto se lo deseo a todos y a todas, los que seguís allí y los que os diluisteís...¿Para siempre?
Dale una oportunidad a la amistad: Cierra tu mano, siempre irán contigo, allá donde tú vayas.
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