sábado, 5 de marzo de 2011

EL AMOR

Desde que comencé a escribir en este blog he querido escribir un artículo sobre el amor. No he sabido hasta hoy qué enfoque era el más adecuado para escribir sobre ello y quizás este (probablemente) tampoco lo sea, pero el gato está herido de amor este fin de semana y creo que esta noche es una buena ocasión para hacerlo.

Dicen que el hombre es un animal social y...¡ Vaya qué si lo es ! Nos guste o no el vecino de al lado, lo soportemos o lo odiemos...¡ Le necesitamos ! Si bien esto es así...Nos necesitamos los unos a los otros, bien aún sea por egoista necesidad, como bien es en la mayor parte de los casos.

Si partimos de este axioma, se dice que el estado ideal del ser humano es en pareja. Puede ser cierto hasta el punto en que la gente que tienes alrededor va volatizándose con el paso de los años, precisamente por eso que llaman amor. Cuando la gente encuentra el amor en sus vidas, parece no necesitar a los demás y eso provoca un efecto "bola de nieve" que hace que todos y todas egoístamente nos encerremos en una persona y, después de eso, acabemos encerrados en nosotros mismos viviendo una vida "antinatural", pues el hombre no vive sólo, vive en compañía y necesita de otras personas.

Empecemos por lo principal: El amor es una de las cosas más bonitas que te pueden suceder. El amor es la curva de tu líneal vida, es lo que te trastoca tus planes, lo que desvía la dirección, lo que descontrola lo que se puede controlar...

El amor es lo más bonito de la vida. El amor es el camino hacia la felicidad. Una persona enamorada no encuentra "peros" en su día a día. La vida, entonces, es más bonita con amor. La personas con la que estás se funde contigo, tu carne es su carne, tu piel es su piel y tu voz se modula con su voz...

Lo más curioso del amor es lo siguiente: El amor conlleva una convivencia con otra persona y es ahí donde se rompe el amor...

Lo más destacado del amor es lo siguiente: El amor no existe...

¿Y por qué digo que el amor no existe? Porque empieza como una progresiva absorción cerebral que culmina en raudales de pasión desenfrenada...Esto es lo realmente grande del amor, pero también es único e irrepetible, ya que la pasión se pierde; de hecho, dicen que dura en torno a 3 o 4 años, momento este crítico para una pareja y que dirime a partir de ese tiempo su destino definitivo hacia una doble dirección: El fracaso o la tolerancia.

Hablando en plata: No existe el amor, existe un estado de agilipollamiento por la otra persona. Tu pareja te proporciona en esos momentos cariño, necesidad vital como el comer, el mear o el dormir. Tu pareja te proporciona cosas diferentes, porque otra necesidad vital, para mí, es romper con la rutina, con el día a día que te marca la sociedad preconfigurada por los que manejan el cotarro. Adicionalmente, tu pareja te proporciona sexo, necesidad vital allá donde las haya y, finalmente, tu pareja te proporciona una incipiente comprensión que, posteriormente se convierten en reproches, un soporte, un sustento, un hombro en quién llorar las penas, otra gran necesidad humana. A ello podríamos sumarle que con una pareja, la búsqueda termina para el hombre y, también para la mujer, si ese hombre es capaz de convertirse en un proyecto cuyo fin sea tener hijos y poder mantenerlos dignamente.

Existe una teoría pululando por las consultas de los psicólogos y que tuvo su origen en la pura teoría de la evolución y de las especies, biología en bruto, que dice que en la naturaleza el macho se dedica a cubrir al máximo número de hembras posibles, mientras que la hembra se dedica a la crianza de las crías.

Yo cada vez estoy más convencido de que eso es así y lo creo profundamente por la siguiente razón:

El amor no existe; porque la sociedad actual no es una sociedad en la que tenga cabida el amor.

Por supuesto que existe el cariño filial, de padres a hijos y, recíprocamente, de hijos a padres, por supuesto que sí. Existe este cariño familiar y, si apuramos, entre amigos a los que conocemos desde hace muchos años...A este cariño, si se quiere, se lo puede denominar "amor".

Pero el amor de pareja no existe actualmente. Pueden darse casos muy, muy, muy aislados, vease, por ejemplo, algunas parejas de ancianos que, después de consumir juntos toda sus vidas, caminan cogidos de la mano y diciéndose al oído lo mucho que se quieren. Para mí, esa es la metáfora del amor...

Pero...¿A cuántos viejos hemos visto así? Lo normal es que caminen por la calle pasando el uno de la otra y discutiendo a cada vez que uno de los dos abre la boca para decir algo.

Y es que, volveré a repetirlo por si no ha quedado claro...

El amor no existe; porque la sociedad actual no es una sociedad en la que tenga cabida el amor.

Esta afirmación es una auténtica machada, y tal vez lo sea, pero estoy convencido de que en un mundo en llamas como el que vivimos, los problemas son otros, más en época de crisis económica. Si en este sistema falla el dinero, tornillo maestro de la maquinaria, falla el resto...

Hoy en día en un país como España, estamos en un 50% aproximádamente de separaciones. A ello le sumaremos el hecho de que no se producen más, posiblemente por dependencia económica de la mujer y los hijos hacia el hombre de la casa, en algunos casos, cada vez menos, y que muchas parejas mayores han aprendido a tolerarse sin llegar a los cuchillos, cosa dificil, considerando que estamos en un momento álgido en el que se producen muchísimos casos de violencia doméstica.

Si esto es así y, aplicando el sentido común, no hace falta ser Enstein para darse cuenta de que algo falla en esta sociedad actual. Esto es independiente de las diferencias entre hombres y mujeres, diferencias que siguen siendo abismales y que han impedido a día de hoy, año 2011, un entendimiento total entre ambas partes haciendo que las relaciones entre ambos sexos hayan ido aún a peor.

Vemos entonces que si, ya desde el punto de partida, es dificil un entendimiento hombre-mujer de por vida, si sus mentalidades, desde el punto de vista sexual, son ampliamente diferentes (macho cubre hembras, hembra cría crías) y si el fin de su relación es que su convivencia vaya a mayores, compartan un piso (ahí empiezan a intervenir ya factores económicos, motor del mundo) y comiencen a convivir con todo lo que ello conlleva para el mantenimiento de su "nuevo status" en una sociedad orientada al "trabajar para vivir" y no "vivir para trabajar", vease: Pago de una hipoteca, mantenimiento del hogar y de los hijos, incompatibilidad de horarios, escaso tiempo libre, rutina derivada de la propia crianza de los niños...Todo esto regado con una amplia dosis de egoísmo y de melancolía por la libertad perdida, rompen con la pareja...Rompen con el ciclo del supuesto amor.

Muchas parejas se quedan incluso en el camino y la raíz del problema es que la relación deja de ser algo, que yo considero, debe ser divertido, para pasar en un momento dado a formalizarse y convertirse en un proyecto de forma casi forzada por la fuerza a distancia de los canones establecidos por la sociedad y por el deseo de dar cobijo en un techo a las futuras crías. Se mezclan entonces cuestiones personales de compromiso, en una sociedad en la que el esfuerzo se ha dilapidado, con cuestiones económicas para acometer el proyecto y, de no cuadrar las cuentas, del uno y del otro ya que, no nos engañemos, la pareja es un grupo de dos, nunca es una pareja real, fuera de lo que es la pasión y los sentimientos. El fin último de esta distorsión es el fin de la pareja y, con ello, el final de esas dos personas juntas. El macho pasa a buscar otra hembra a la que cubrir y la hembra otro macho con el que procrear y que la pueda proteger (un nuevo proyecto).

Quizás el problema sea que percibimos mal la situación. Quizás todo sea más sencillo...

Es verdad que cambiando el modelo social, cambia la sociedad, cambian las personas...Cambia el mundo entero. También es verdad que tenemos mucho que trabajar en ello y que las personas siguen juntándose, porque este es el deseo de las personas. Por eso, a lo mejor, el cambio consiste en modificar el patrón, dentro del propio caos reinante. Y esto es asi, porque son las personas las que tienen en su mano su destino..Eso no lo puede cambiar nadie, si quizás condicionar, nunca cambiar...

Empecemos a ser sinceros con nosotros mismos. Dejemos de construir castillos en la arena y disfrutemos de algo tan bonito, quizás lo más del mundo que ese encoñamiento, ese agilipollamiento progresivo al que, si quereís y os resulta graciosa la palabra, en adelante, denominaremos "amor" el cual, os recuerdo que es un sinónimo abstracto, porque no existe como tal.

Cuando dejemos de percibir la relación como un proyecto, cuando nuestras energías se centralicen en los momentos, en el día a día, en los pequeños detalles...Todo fluirá: Podrá llegar el pisito, podrán llegar los niños...Quizás sí, quizás no. Todo ello lo dictaminan las personas, no lo dictamina la sociedad, construida por personas ajenas a nosotros. Asumamos los problemas intrínsecos a la propia pareja y luchemos juntos para superarlos. Si con todo ello fracasamos, no debe ser una decepción si no esperamos más de lo que las personas, producto de una sociedad corrompida, por tanto, personas corrompidas que somos, podemos esperar.

Y es que las bases para que una pareja funcione, para poder entrar en el selecto no, selectísimo club del amor, pienso que son las que siguen: 

1. Que tu pareja sea tu mejor amigo/a: ¿Un hombre amigo de una mujer? ¿Una mujer amigo de un hombre? Inexistente fuera de la pareja, posible dentro de ella.

2. Sinceridad: La falta de sinceridad nos evitara reproches, manipulaciones, mamoneos varios que van astillando el amor poco a poco sin remedio ni barniz para la madera desgastada.

3. Diálogo: Se ha perdido el arte de la conversación. Retomémoslo, hagamos nuestra propia auditoria del amor, hablemos de todo, descubramos hasta las entrañas de la persona que queremos espontáneamente, sin ningún fin que no sea el del propio disfrute con la conversación.

4. Romper con la rutina: Sorprende a tu pareja con una buena regularidad. Rompe con las reglas, hazlo diferente, nunca caigas en la rutina, porque ello hará que uno de los dos se acomode, o ambos...Ese es el fin.

Si hemos vivido en nuestras propias carnes un desengaño amoroso, tema que trataré en otra entrada especialmente dedicada a ello, o nos paramos a analizar por qué rompen las parejas de hoy en día, veremos como su base está en lo comentado con anterioridad. Existen sólo cuatro motivos y, lo decoremos como lo decoremos, es así.

Finalmente diré que para que el amor llegue a tu vida hace falta también tener un poquito de suerte y también, ¿Por qué no decirlo? Ser inteligente o, al menos, hábil socialmente; y esto es algo que no tiene que ser aprendido en la universidad precisamente. En el ser inteligente emocionalmente, socialmente...También está el seleccionar a la persona adecuada por ser, precisamente inteligente o hábil socialmente, porque el amor es otra relación social...

Está claro que muchas personas no encuentran pareja por pura mala suerte. Puede también que no lo hagan por no ser inteligentes a la hora de gestionar el antes, durante y después; pudiera ser, incluso, que socialmente no estén lo suficientemente maduros, no ya en esto del amor, si no en cualquier tipo de relación social.

Todo llega en esta vida, quizás en el momento que menos te lo esperes. La cosa de la que hemos hablado hoy no es tanto en el llegar si no en, ¿Qué hacer cuándo se llega a ese estado de agilipollamiento denominador amor?

La respuesta es sencilla y, a modo de conclusión, diré que: Partimos de algo inexistente, de una mentira..Hagamos que las condiciones pasen a ser nuestras, luchemos contra lo que impera socialmente, luechemos contra nuestra propia naturaleza, modificando conductas en positivo automatizando esquemas de comportamiento para con tu pareja.

Sólo así podrás entrar en el club del amor verdadero.




"En la partida del amor, jugamos los dos..."




2 comentarios:

  1. Te aconsejo que leas mi entrada sobre el amor, a ver qué te parece. Bsines.

    http://lorena361.blogspot.com/2010/05/hablemos-del-amor.html

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  2. Lo leeré encantado, Lorena. Te dejaré un comentario acerca de ello; Pero no soy yo el que opina, opina el gato de la noche que, desgraciadamente, nunca miente...

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