sábado, 10 de noviembre de 2018

¿SOY UN MACHISTA?

¿SOY MACHISTA?



A lo largo de mis "treinta y tantos" años de vida puedo presumir, porque parece que hasta es motivo para presumir, que muy pocas veces he tenido problemas con mujeres por motivos sexistas. Sólo de forma efímera en apenas unas pocas ocasiones contadas con los dedos de una sola mano algunas féminas me han llamado "machista" o han insinuado como que cierto comentario o cierta expresión o cierta opinión resultaban "machistas", aunque entre esas mujeres no contaré a mi madre, para darle aún más brillo a mi estadística.

Desde mi vuelta de los Estados Unidos veo un país crispado que sigue empeñado en enredarse en los líos que sus propias gentes se empeñan en meterse. Hoy vivimos una especie de fiebre, bien alimentada por los lobbys feministas y LGTB de ciertos medios de comunicación y por ciertos partidos políticos y sus líderes que hacen que algo tan loable y positivo como la defensa de la igualdad de las mujeres haya derivado en un odio hacia los hombres, favorecido este no por las feministas, sino por las denominadas "feminazis".



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El tema de la violencia de género, que en verdad desde los poderes y desde los medios se llama violencia machista, como si no hubiera violencia de mujeres hacia hombres, por menos numerosa que sea (aparentemente), ha sido el auténtico polvorín para que este odio visceral vaya en aumento y la actitud general de las mujeres españolas esté cambiando en esa dirección.

El título de este artículo de opinión es "¿Soy Machista?" y lo es porque sirve de reivindicación a aquellas personas que por hablar claro y expresar nuestras opiniones se nos pone una etiqueta que no nos corresponde. Estoy hasta los huevos de que por decir lo que no te gusta de las personas inmigrantes te puedan tachar de "xenófobo", que por decir lo que no te mola del colectivo LGTB ya seas un "homófobo" o que por hablar de lo que no te gusta de las mujeres ya seas un "machista". Como decía antes, gracias a Dios ( y a mí mismo, que soy más hippy que los hippies, aunque no de estética) casi nunca me han llamado la atención por expresar mis opiniones, pero a mí SÍ que hay cosas que ni me gustan de los inmigrantes, ni me gustan del colectivo LGTB, ni de las mujeres, ni de los hombres heterosexuales, ni de algunos animales, ni de algunas plantas, ni de algunos países, ni de alguna religión...y así podríamos seguir con la salvedad de que sólo las tres primeras cosas son susceptibles de que me pudieran poner una etiqueta y, por otro lado, nadie se fijaría en todas las cosas buenas que podría decir de todos y cada uno de los temas anteriormente mencionados (cosas buenas sobre los inmigrantes, cosas buenas sobre el colectivo LGTB o sobre las mujeres), incluso aunque fueran más numerosas que las cosas malas.

Hablar de todos esos temas sería realmente amplio por lo que me centraré en lo que nos ocupa: El machismo.

Primer y principal punto: Soy un purista de la democracia en su grado más extremo. Esto quiere decir que creo que los hombres y las mujeres son absolutamente iguales en derechos (y también en deberes).

Segundo punto: La verdadera igualdad se consigue cuando se deja de hablar de algo, porque no sólo es habitual sino también porque es normal desde un punto de vista subjetivo, luego es obvio para todos.

Tercer punto: El machismo me parece tan despreciable como lo pueda ser el feminismo...¿Veis? Ya decir esto es "machista", por lo que debo matizar que tan despreciable como el feminazismo para evitar la etiqueta. 

Hechos estos tres puntos diré además que, como es lógico, los hombres y las mujeres se diferencian en muchas cosas, tanto en físico como en mentalidad. Esto ya nos debe llevar a que haya cosas que me gustan de los hombres y cosas que me gustan de las mujeres. Ello probablemente venga dado porque a los hombres se nos dan bien unas cosas en particular y a las mujeres otras en particular, aunque a todos se nos suela dar igual de bien la mayoría de las cosas.

En ese sentido, creo que las mujeres son bastante más capaces que los hombres a la hora de, por ejemplo, ocupar un cargo de responsabilidad, desde Presidentas del Gobierno hasta la presidencia de una gran empresa o simplemente un buen puesto directivo en cualquier organización. Son más humanas, tienen más empatía y probablemente le pongan más entusiasmo en ocasiones que nosotros. ¿Soy machista por decir esto?

Esto nos lleva a algo evidente: Un objetivo prioritario de toda sociedad es el de garantizar la equidad de condiciones laborales, incluyendo, por supuesto, el sueldo y sancionar situaciones de abuso en el trabajo cuando se prescinde de contratar a una mujer o se la despide por quedarse embarazada, por poner un simple ejemplo. Decir esto...¿es machista?



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Algo en lo que se nos ha ido el panchito en este país es en el tema de la violencia de género. El caso de La Manada, del que no estoy informado en absoluto ni me quiero informar dado el sesgo informativo existente en nuestros medios de comunicación probablemente de un lado y del otro, ha sido el conejillo de indias para desatar la furia de las feminazis. Este ha sido el caso que ha servido como punta de lanza para alimentar literalmente el odio hacia los hombres, simplemente la gota que ha colmado el vaso dentro de los numerosos casos de violencia de hombres hacia mujeres. ¿Numerosos? Y aquí viene mi primera matización, por supuesto susceptible de ser tachada de "machista".

He dicho que no sé apenas nada ni quiero saber sobre el caso de La Manada, pero sí que me he referido a los casos de violencia machista en España. Solamente os pediría a las personas que estéis leyendo esto que busquéis las estadísticas de violencia de género en España en comparación con otros países. ¿Realmente somos el país de mercenarios y bárbaros que se dedican en sus tiempos libres a violar y maltratar mujeres a todas horas? No opinaré, solo pido que se lean las estadísticas y SÍ, yo también pienso que el número de víctimas debería ser 0. Decir esto, ¿es machista? Os facilito la tarea y os dejo un enlace a un gráfico a continuación.



A esto añadiré además que en el presente año la mayor parte de las víctimas de violencia de género en nuestro país fue a manos de personas procedentes de otros países y culturas (ahora es cuando me llamarán "racista") y de lo que estamos hablando de víctimas de violencia machista a manos de hombres españoles, ¿no? Decir esto...¿es ser machista?

Visto esto, SÍ. Que los hombres españoles son de los más salidos, machirulos, vacilones, posesivos y celosos del planeta, eso es verdad. Yo soy hombre, lo veo, lo vivo y lo sé. Eso sí es realmente preocupante, porque además es lo que está fomentando esas posturas de lógica defensa por parte de las mujeres de nuestro país amén de otros efectos que no están favoreciendo para nada que descienda el número de separaciones y divorcios en España aparte de las actitudes de las mujeres hacia los hombres a la hora de hacer su "selección". La baja autoestima y el patrón de comportamiento heredado de una cultura machista de tiempos de la España rural más "redneck" son las causas principales de esto. ¿Soy machista?

Ahora bien, si eso es el origen de muchos casos de maltrato, ¿es realmente eficiente el camino de la prohibición, de la denuncia fácil, de la supeditación del hombre a la mujer en lo que a temas legales de relación se refiere, es el ensalzamiento de las mujeres en política (Gobierno de Pedro Sánchez, Manuela Carmena...) en detrimento de los hombres, es el olvido a los casos de violencia hacia los hombres (psicológica mayormente) la solución? Bueno, pues como todo en este país, no sólo con sanciones llegamos. Sin medidas educativas que promuevan la igualdad, y eso no pasa por la chorrada de masculinizar ni feminizar el lenguaje sino de respetar las normas y convenciones del mismo, sin esas medidas basadas en una educación centrada tanto en capacidades como en valores, no se minimiza el problema. 

Los políticos tienen su nuevo reclamo electoral: Encumbrar a las mujeres, "feminizar" la política...tooooodo eso me parece genial siempre y cuando eso no derive en soslayar al hombre ni en fomentar ni un ápice el odio hacia nosotros.¿Soy machista por decir esto?

Por otro lado, ir en contra del ser humano como animal mamífero y obviar las diferencias que en el mundo de la naturaleza existen en torno al rol que desempeña cada género, decidme, sólo centrándonos ahora desde el punto de vista de la ciencia, ¿no es un sinsentido?

Para ir terminando os pediré como segundo ejercicio lo siguiente: Daros un garbeo en el metro de Madrid un sábado por la noche. Observad a los grupos de chicos y de chicas que entran en los vagones, mirad a las parejitas, mirad a las pandillas de amigos. ¿Realmente se respira una supremacía del machirulo sobre la hembra? ¿No son ellas las que parece que parten el bacalao de verdad? ¿No parece que sean ellas las que lideran muchas de las opiniones, tomas de decisiones, acciones...cuando hay hombres delante? ¿Realmente somos ese país de bárbaros y mercenarios que nos han pintado y que nos hemos creído (o nos han hecho creer)?

No me gustan cosas de las mujeres españolas: No me gusta el fuerte carácter que tienen, no me gusta su, en ocasiones, victimismo, no me gusta que se aprovechen en ocasiones de los hombres (bobitos ellos a veces eeeh), no me gustan algunas que van demasiado de endiosadas por la vida (culpa nuestra por babosearlas), no me gusta que siempre piensen que están en posesión de la verdad y que nos dejen a los tíos siempre como los malos...pero, ¿acaso esas mismas cosas o algunas de ellas no son comunes a los hombres? Y, aunque no sea así, ¿no tengo yo derecho a decir lo que me gusta y lo que no me gusta de la sociedad? ¿Por qué sólo deberían cobrar protagonismo mis opiniones cuando hablo de mujeres y no de lo que no me gusta del hombre hetero, blanco y de raza aria? ¿Por qué he de recibir una etiqueta? Decir esto...¿es machista?

Después de leer esto, cada uno puede pensar lo que quiera. Yo, como cualquier persona, sé lo que soy, me gusta pensar como pienso y si vivo en una democracia, es para decir lo que me parece con respeto, sin ofender y con argumentos. Bien, pues a ti que estás leyendo esto, te animo a que reflexiones sobre esto y trabajes para que se no se nos siga pirando la pinza hacia un lado o hacia el otro. Somos iguales, somos diferentes.

Para finalizar, os pondré el último ejercicio de la noche: Pensad en los viajes que habéis realizado últimamente a países más o menos igual de desarrollados que España o más desarrollados aún. ¿Este debate está en la calle permanentemente todos los días? ¿Está en el Congreso? ¿Está en los medios? ¿Está en las vallas publicitarias? ¿Está en los libros? ¿Está en las marquesinas? ¿Está en los stands de atención a la mujer de las ferias, conciertos y festivales? ¿Está en la mente de sus ciudadanas permanentemente y guía sus actitudes hacia los demás ciudadanos? ¿Es así o todo es más relajado que en la España actual? ¿Soy machista por decir esto?

Buenas noches. Al gato le va a caer la del pulpo esta noche; lo sé y lo asumo.

domingo, 8 de julio de 2018

LA TRAMPA DE LOS EXÁMENES ESTANDARIZADOS EN LA EDUCACIÓN

Piensan que un examen elaborado por una agencia externa, y a veces ajena a la educación, es un buen indicador para detectar el nivel educativo de los estudiantes. Un examen bajo las mismas condiciones, en un tiempo y un formato determinado, fijo e inflexible. Esto lo creen a la par que elaboran los curriculos en base a competencias o conocimientos más prácticos, para la vida. ¿Contradicción o negocio? En este artículo hablaremos de...



LA TRAMPA DE LOS EXÁMENES ESTANDARIZADOS



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Era cuestión de tiempo que las auditorías llegaran al mundo de la educación y lo malo es que han llegado para quedarse. La ineficacia para poder medir un nivel educativo por medio de la customización en un momento en el que los estudiantes de todo el planeta han dejado de formar parte de un grupo homogéneo para ser completamente heterogéneos, víctimas de un mundo que va más deprisa que el campo de la formación. En el siguiente artículo voy a hablar de los principales exámenes estandarizados que el grueso de la sociedad tendrá que tomar en algún momento dado de sus vidas y que les etiquetarán para siempre de manera terrible, injusta y probablemente de forma poco afinada.

No sé cuándo ni donde nació esto. Dada la obsesión que hay en Estados Unidos con este tipo de tests, he de suponer que poco o mucho tuvieron que ver los americanos con la invención de estas pruebas. A España llegaron con la implantación de la LOGSE, si no recuerdo mal. Esto, en cuanto a la educación formal, en cuanto a la educación informal, los exámenes estandarizados de inglés llevan chupando del bote de lo lindo desde hace más tiempo, mucho más ahora en el contexto de un mercado globalizado.

Antes de meterme "a machete" a enumerar las desgracias de estos exámenes, voy a citar las pruebas que un profesional medio-alto nacido en una época como la de hoy tendrá que afrontar si quiere tener las más mínimas posibilidades de tener un futuro medio digno. Me enfocaré en España, ya que es mi país, pero cualquiera de los que nos estáis leyendo desde el extranjero seríais capaces de enumerar muchos otros ejemplos.

Educación Primaria y Secundaria:

PRUEBA CDI DE CONOCIMIENTOS Y DESTREZAS INDISPENSABLES: Este examencillo sacado de la manga por parte del Gobierno Regional de la Comunidad de Madrid se supone que mide los mínimos de los estudiantes de Educación Primaria y Secundaria de esta comunidad autónoma, lanzadera del desastre educativo en nuestro país. Ahí voy con el hacha...!



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Lo primero de todo es que esta prueba no mide otra cosa más que contenidos conceptuales aprendidos de memoria, muy en la línea de nuestros sistemas educativos y bien contradictorio con el desarrollo de competencias que propugnan. Lo gracioso es que no sólo es que midan únicamente conceptos, sino que ni de broma miden  los contenidos mínimos de una Educación Primaria y Secundaria. Es verdad que en este tipo de pruebas se suelen poner los típicos mapitas de España, algún tiempo verbal a conjugar o algunas preguntas de comprensión literal de un texto expositivo, pero de repente salen por peteneras y preguntan auténticas chorradas del tipo "Define que significa la palabra tararear" como si esto fuera un concepto clave de la muerte merecedor de una exposición oral de dos horas por parte de un maestro. Lo realmente cachondo de este examen es que la manera que tienen de enunciar los ejercicios que los niños tienen que hacer distan mucho de cómo se enseñan en la escuela y de los materiales que se utilizan. Por ejemplo, "¿Cuál es el número suma que se obtiene al realizar la adición cuatro mil setecientos veintitrés más ochenta y un mil novecientos cuarenta y dos"? Otra cosa que se hace mucho es poner como texto de comprensión lectora una biografía o un texto expositivo, cuando en estas dos etapas educativas, aunque más en Primaria, se pone un énfasis casi total en los textos narrativos o incluso poéticos por encima de artículos, reportajes o biografías. Finalmente, otro buen ejemplo de contradicción es que en Lengua Española apenas se les pregunta nada de gramática, mientras que los libros de texto empleados por muchos de los profesores de estas etapas de enfocan principalmente en la adquisición de las convenciones de la gramática española.

¿Y por qué? Bueno, yo no tengo pruebas sobre esto, pero más de una persona me ha comentado que la editorial encargada de realizar estas pruebas es una empresa ajena al mundo de la educación, es decir, una compañía que ni siquiera se dedica a la publicación de libros de texto o, al menos, no es esta su área de negocio principal. ¿Qué podemos esperar entonces? Algunas malas lenguas incluso hablan de que el dueño de esta empresa  era medio "cuñao" de la Esperanza Aguirre, el gran muerto viviente y virus de la educación española. Entiéndase por "cuñao" su significado moderno. Traducido: Conocido, pariente, amigo o enchufado a secas.

PRUEBA NACIONAL DE TERCERO DE EDUCACIÓN PRIMARIA: No tengo un conocimiento tan amplio de esta prueba como de la anterior. Solamente sé que es realizada por la misma empresa que la prueba CDI de la Comunidad de Madrid y que el examen es de parecidas características mas que adecuado al nivel y, por lo tanto, con los mismos errores.

A lo apuntado anteriormente habría que señalar que estas pruebas cuentan con un sesgo en cuanto a su ejecución y supervisión acojonante, a saber: 

- La inconsistencia en la dificultad de las preguntas: Por ejemplo, los dictados en la prueba CDI de sexto comenzaron siendo textos de nivel propio de alumnos de esa edad. Hoy en día, nos encontramos con una serie de oraciones sueltas rollo segundo o tercero de Primaria tipo "La cocinera hizo un arroz riquísimo". 
- Un sólo examinador por clase (normalmente una orientadora, PT o AL): E incluso he tenido conocimiento de directores que han tenido que aplicar ellos la prueba con el subsiguiente choteo en algunos pequeños casos y que han hecho que en el colegio del pueblo perdido de la mano de Dios del sur de Madrid se hayan hecho los putos amos de la Comunidad en cuanto a resultados.
- El chivateo: El hecho de que sea una "colega" la que vigila el examen y que probablemente ambos maestros estén en contra de pruebas de este tipo, hace que se preste mucho a  que uno chive y la otra mire por la ventana.
- Ausentes: No hay un día de "make-up" o de repetición del examen, por lo que si tienes una clase pequeñita en la que te falta el empollón de la clase...drama! Si por contra, te faltan los dos piezas...fiesta! Es una manera un tanto injusta de emborronar los resultados. A ello sumemos los casos de administradores que "promueven" que los nenes flojitos se queden durmiendo en casa ese día o la insumisión de algunos padres.
- Formato: Limitación de espacio para responder a las preguntas. Estos exámenes constan de un cuadernillo o pliego en el que no cabe la posibilidad de enrollarse o matizar. Si el alumno tiene la letra grande, ya está jodido. 



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¿Ha quedado claro?



Pasemos ahora al siguiente supuesto: Esos niños crecen y tienen que ir a la uni y en la  uni, si van a cursar un programa bilingüe o no digamos ya si van a estudiar en un país extranjero, les van a pedir un título oficial de inglés. Y en caso improbable de que se libren de hacerlo en la uni, tendrá que conseguirlo o bien para trabajar en una empresa pública o privada o para ganar puntos en unas oposiciones o vete a saber para qué. Es cuando toca hacer entonces las pruebas de la Escuela Oficial de Idiomas, el First, el CAE, el IELTS, el trinity o el TOEFL. Hablaré de los dos más recurridos, el CAE y el TOEFL para explicar cómo son este tipo de exámenes estandarizados de inglés, aunque imagino que en otros idiomas será exactamente lo mismo.

Educación informal: Exámenes estandarizados de idiomas.


CAE (Certificate Advanced in English): Este examen lo hace la Universidad de Cambridge y su formato podría calificarse como de puta locura total. El tipo de preguntas que ponen tienen un formato más destinado a volverte loco buscando el hueco en donde tienes que poner, no ya la respuesta, el número, letra o jodido código binario que de respuesta a lo que cojones preguntan. De este modo, te encuentras con unos pasajes de Reading en los que tienes que mirar de izquierda a derecha jugando poco más o menos al "¿Quién es quién?" para relacionar el fragmento con su autor. Hay una parte del Listening en la que tienes así como tres columnas en las que tienes que hacer más o menos lo mismo, pero mirando en simultáneo todas ellas. También el Speaking se realiza un día aparte con un desconocido que te asignan o que escoges tú por los pasillos, si no tienes la suerte o la desgracia de hacerlo con tu colega de la academia y poco menos que te ponen delante unas fotos de situaciones surrealistas en las que te tienes que hacer el guay y el super empático asertivo con tu compañero o compañera sonriendo y vendiendo que sabes.

Las principales quejas que tienen los alumnos/as que realizan el CAE (o su hermano pequeño, el First) es, no sólo ya el formato, sino la falta de tiempo. El tiempo es muy limitado y con todo y con eso, el examen se hace super largo y super exhaustivo. No te dejan concentrarte demasiado, porque tienes jovencitos teenagers supervisando el examen y pasando por tu puto lado cada dos por tres y siempre hay charanga con el volumen del listening...pero el tiempo, oh! esa es una de las principales quejas de las personas que toman este examen. Otra de los motivos de discordia es el contenido de los textos. Honestamente, nunca he entendido por qué coño para demostrar que sabes inglés no te pueden poner un fragmento de una novela o un artículo sobre perros o una opinión sobre un programa de TV muy famoso o una biografía sobre alguien archiconocido. No, tienen que ponerte un reportaje sobre el musgo rojo del Mar Muerto que se reproduce por unas esporas estudiadas con un microscopio con lentes hechas de vidrio metalizado de su puta madre. Sinceramente, no lo entiendo. No está de más, por el tema de que esos alumnos que alguna vez hemos tomado este examen algún día pudiéramos haber sido universitarios y tuviéramos que acostumbrarnos a ese tipo de textos académicos, pero en ese punto siempre me he preguntado...¿Y si Pepe el carnicero de mi barrio quiere sacarse el CAE para demostrarle a sus hijas todo lo que sabe de inglés? ¿Tiene Pepe la necesidad de tener que saber sobre el musgo rojo aquel? Yo pienso que no...Finalmente, otra de las quejas fundamentales de este examen de Cambridge es que en el Listening nunca llueve a gusto de todos. Esta es, sin duda alguna, la parte más jodida y no sólo porque las personas que hablan tienen diferentes acentos, cosa que me parece bien, sino porque sus conversaciones no siempre van correlativas con la respuesta que te da el examen (hay inversiones) o porque hablan muy rápido y a diferentes tonos de voz. Insisto, aquí la principal queja suele ser que nunca llueve a gusto de todos y el tema del volumen en esta prueba, suele ser objeto de hostias a veces en el aula.

TOEFL: Y llegamos a mi "favorito", el puto TOEFL. Este examen, elaborado por una empresa privada, que no universidad, llamada ETS, sirve básicamente para examinar a los estudiantes de todo el mundo que quieren estudiar en una universidad americana. A  diferencia del CAE, no es un examen que se aprueba o no se aprueba, este puto examen lo que hace, igual en ese sentido que el IELTS originalmente australiano, que mide tu nivel de inglés con un número y poco menos que se la pela el numerito que te pidan a ti en tu universidad o en tu trabajo, ya que también a veces se utiliza en muchas compañías americanas en el proceso de selección. 

Este es, sin duda, el examen de inglés más difícil y descaradamente cabrón de todos los que existen. Este examen está hecho única y exclusivamente para sacar pasta. No sólo es el más caro, hasta donde yo sé, sino que su formato en algunas partes hace que sea más una prueba de velocidad, al igual que el CAE es un examen de técnicas de estudio, que de inglés. 
Primeramente, las condiciones en las que se hace este examen son infrahumanas. Es un examen que se hace en ordenador en su totalidad, lo cual ya crea sesgo, puesto que ni todos estamos acostumbrados a leer en una pantalla, ni todos son hábiles con un ratón, cursor o teclado. Se lleva a cabo en una sala de informática petadisima de gente y en la que, sobre todo si lo haces en los Estados Unidos, encontrarás gente de todas las nacionalidades, algunos con un tono de voz exacerbado que, llegada la prueba de Speaking, gritarán en vez de hablar jodiendole al de al lado su examen, debido a la falta de concentración. Se supone que esta mierda la hacen porque quieren que te veas en un contexto cafetería hablando en inglés, pero a los señores de ETS se les escapa que ni en el Starbucks se habla con las voces con las que se habla en ese examen, ni tampoco en el Starbucks la gente habla en 45 segundos sobre si prefieres la comida mexicana a la hawaiana dando dos razones y ejemplos de por qué, no importa si en tu puta vida has probado un tamal o un bol de poke. 
Si en el CAE los textos eran surrealistas, aquí ya son de ver unicornios bailando con caballitos de mar. En el TOEFL todo es rollo las técnicas de destilación usadas con los anillos de los árboles para la determinación de su edad o la cantidad de carbono utilizado para determinar la salinidad de un pequeño mar en el que una especie de peces verdes exóticos se mueven a sus anchas alimentándose de plancton. Si sobrevives a un Reading así, luego te espera un listening en el que literalmente te romperán la mano tomando notas sobre las 4 o 5 lecciones magistrales sobre temas unicornianos similares por parte de un profesor o profesora de universidad. Si consigues entender tu propia letra después de eso, tampoco servirá para nada, porque tendrás 10 minutos para contestar un bloque de 12 preguntas en los que ni te dará tiempo a mirar tus apuntes. A veces podrás encontrar hasta dos y hasta tres bloques. Tras un cutre descanso de 10 minutos, en los que mearás y poco más, llega la reina del TOEFL, el speaking, en donde si logras abstraerte del ruido de los chinos o de los indios berreando, tendrás 6 preguntas a contestar en un minuto o 45 segundos cada una y en las que sencillamente no existen criterios de evaluación más que lo que le salga de la polla a los que te quieran escuchar, si es que te escuchan, porque ya de las últimas hay un reconocedor de voz que te corregirá parte de esta prueba oral en la que básicamente tendrás que dar tu opinión sobre temas inhóspitos o resumir un artículo y una conferencia de un doctor universitario con todo lujo de detalles en 60 segundos o dar tu opinión sobre un tema de vida universitaria que desconoces por completo ante una conversación de dos americanos que después de hablar de lo mal que les parece que agranden la biblioteca probablemente se vayan a una orgía en la que corra el ponche. Y si aún te quedan ganas, tendrás que hacer un par de composiciones a toda hostia y de doscientas o trescientas y pico palabras, pero no sobre tu opinión de nada. Otra vez, vuelta a lo mismo, sobre lo que cuenta un profesor universitario que no está de acuerdo con lo que pone en un artículo o libro de texto sobre otro variopinto tema  en el que vuelan los caballitos de mar y los colorines. 

El problema del TOEFL es que es un examen que, al igual que el CAE, NO mide tus conocimientos de inglés. Lo que hace es medir tu rapidez y tus técnicas de estudio. Es un examen en el que dependiendo en qué época y país hayas nacido, se te dará bien o mal, ya que tendrás que tomar apuntes, subrayar y literalmente correr para responder. Si se te cae un puto lápiz al suelo o toses en cuanto desaparece de la pantalla la pregunta de speaking, habrás suspendido, porque es un examen en el que el margen de error o distracción es 0. Si no pasas este examen estandarizado con las notas que te requieren en tu trabajo o en tu empresa, no habrá posibilidad de revisión. Y si consigues que te lo revisen, previo nuevo paso por caja, te informarán por teléfono, cuando tú les llames, ya que nadie te lo notificará que no te subieron la nota. Cuando preguntes por qué y en qué tienes que mejorar, te dirán que ni puta idea. ¿Por qué? Porque la gente de ETS no te va a hacer un reporte individual de en qué fallaste o en qué acertaste, como están obligados a hacer los correctores de Cambridge en el CAE o en el First. ¿Y por qué no te lo hacen? Porque nadie les protesta ni les llama perros judíos a la puta cara...mientas tú pagues, ¿pa qué?

En resumidas cuentas, los exámenes estandarizados de inglés NO miden tu nivel de inglés por el formato que tienen, que al igual que los demás exámenes estandarizados, tendrás que memorizar y practicar, normalmente a base de gastarte más perras en sus libritos de tests de práctica. Tampoco miden tu nivel de inglés, sino tu rapidez y tus técnicas de estudio, dado que el tiempo es tan ajustado que NO se adapta a las particularidades, ni al ritmo ni al estilo de aprendizaje de cada cual, algo que contradice por completo el nuevo paradigma educativo que se propugna desde esas mismas fuentes. Tampoco su proceso de ejecución es garantía de consecución de un nivel de inglés que refleje la realidad, ya que las exageradas medidas de seguridad hacen que o bien te agobien constantemente vigilándote o bien te suelten en una sala de informática atestada de gente en la que la concentración se disperse con toda la facilidad del mundo, sesgando los resultados. 



Como veis, los exámenes estandarizados, tanto en el ámbito de la educación formal como de la educación informal son una auténtica trampa por todas las razones enumeradas: Agencias externas que realizan el examen, formato, limitaciones de tiempo, condiciones de examen no adecuadas en aulas masificadas, problemas técnicos o de ejecución, no correspondencia entre lo preparado y lo que se pregunta y un largo etcétera. En todo ese camino, los billetes de euro vuelan, todos se enriquecen y se tiene la excusa perfecta para etiquetar tu nivel educativo en una dirección o en otra...ah! Y a todo esto no hemos ni hablado de qué pasa con los alumnos que se ponen nerviosos ante estos exámenes, los que necesitan adaptaciones o a los que les surge un imprevisto...se joden y punto. En todo ese proceso, gente corre el riesgo de no poder ingresar en la universidad que quieren, buenos candidatos pierden la posibilidad siquiera de participar en un proceso de selección o sencillamente esa calificación queda en tu CV sea ficción o sea realidad. 

Decidí escribir este artículo hace ya algunos meses. Nunca en mi vida he suspendido un examen y, cuando lo he hecho, lo he recuperado después. He trabajado tres años como maestro bilingüe en Estados Unidos y, tras la finalización de mi programa, he tenido la posibilidad de extender mi contrato. Todo estaba preparado, la extensión de mi visado concedida, el contrato prolongado, las cartas de recomendación, las credenciales, las tasas (por supuesto) y hoy escribo años después mi primera entrada desde España. Tuve que volver a mi país con un nivel C1 de inglés (avanzado) con una mano delante y otra detrás tras presentarme 6 veces al TOEFL. A pesar de aprobar con mucho esfuerzo todas y cada una de las destrezas, no logré pasar el speaking, mi mejor parte en la vida real, por un punto. Se me requería 24 y en las 6 veces los señores de ETS me pusieron un 23. No importa si lo hacía bien, ya que hubo veces de clavarlo, no importa si lo hacía mal, ya que hubo veces de quedarse callado, siempre 23, ¿extraño verdad? En el año 2017 todos los compañeros que se presentaron a ese examen, no importa que hablaran mejor que yo, igual o como el puto culo, lo lograron pasar. En el año 2018, solo con los dedos de una mano, se pudo contar la gente que pasó. ¿Tendrá algo que ver la política anti-inmigración de la Administración Trump? ¿Será cuestión de cupo? ¿Será un hijo de puta el mismo que me corrigió en aquellas 6 ocasiones? Nunca lo sabremos. No importó lo que hice. No importaron los libros que compré para practicar, ni la cantidad de clases particulares que tomé, ni los tutoriales que vi, ni las horas que le dediqué, tampoco la cantidad de cientos de dólares que pagué ni el empeño que le puse. No importa tampoco que sea difícil de creer que sacara la misma nota desde enero de 2018 hasta junio del presente ni que sea imposible que no lograra alcanzar ni el más mínimo progreso en todo este tiempo. Lo que importa es que estoy fuera. Un punto me devolvió a mi antiguo trabajo en mi país y rompió con mi sueño americano. 


Podemos tomarlo con filosofía, trato...o podemos pensar que el autor de este artículo tenía algo que decir sobre la gran TRAMPA de los exámenes estandarizados que miden la educación de hoy en día.  



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domingo, 7 de enero de 2018

LA AUTO-EXCLUSIÓN, LA EXCLUSIÓN FORZADA Y LA EXCLUSIÓN DIRECTA: TRES MANERAS DE APARTARSE DE LA GENTE


A lo largo de estos años he aprendido mucho sobre relaciones de trabajo, amistad, pareja, rolletes y demás. Hoy voy a hablar de tres aspectos de una filosofía propia de entender la amistad que he ido elaborando y que, en realidad, podría extrapolarse a cualquier ámbito de la vida, ya sea en lo personal o en lo profesional.

No hay mejor manera que aprender a base de hostias en esta vida. Desgraciadamente y por duro que suene, el ser humano es el único animal racional (supuestamente), pero también el único que tropieza una y otra vez con la misma piedra, cosa que ni con las cobayas de laboratorio ocurre. Ese aprendizaje se produce cuando uno es consciente de lo que está pasando y decide no tropezar más o poner los medios para que eso suceda lo menos posible.

Y desafortunadamente, como vengo reivindicando en este blog, vivimos en un mundo cuyo único y gran problema es el egoísmo. Somos egocéntricos por naturaleza. Buscamos nuestro propio beneficio para sobrevivir. Un altísimo porcentaje de nuestra interacción con otras personas tiene como fin buscar nuestro beneficio propio. Este beneficio puede ser desde algo "sano" como es buscar diversión o compañía hasta algo tan egoista como que me paguen las copas o me hagan un gran favor de gratis.

Esto es, a su modo, como el amor. El hombre macho es infiel por naturaleza. Puede utilizar toda su energía en gestionar sus emociones para inhibir su instinto, un instinto que, nos pongamos como nos pongamos, es el de cubrir al mayor número de hembras posibles. Es el rol que en la naturaleza desempeñan muchos animales y que obviamente los homínidos pasamos toda la vida tratando de burlar para no dañar a nuestras parejas femeninas, tal como debe ser desde el punto de vista de la moralidad y de los valores humanos universales. Bien, pues en el caso de la amistad, parece como que esa inhibición se produce cada vez menos depende en qué culturas. Y al tratarse de un tema de valores, de educación en el respeto, de solidaridad y otras muchas actitudes bien "pasadas de moda", como que nos la pela con un cuchillo ya ni siquiera el disimular y nos mostramos tal como somos, putos egoistas que destruyen a su paso todo lo que encuentran desde naturaleza, animales, plantas, objetos y, por supuesto, personas.

Esto no es ni más ni menos que lo que algunos llaman equivocadamente "personas tóxicas". Yo creo que las personas tóxicas son un escalón aún mayor. Yo simplemente hablo de personas egoístas. De hecho, me da la impresión de que tal es nuestro desconcierto en los tiempos que corren que muchas personas ni se dan cuenta de que lo son y que para ellos su modo de actuar es perfectamente justificable. Esto es así, porque probablemente el egoísta no solo nace, sino que también se hace. Y de eso no nos salvamos ninguno, viene en nuestros genes y simplemente hay gente que tiene la capacidad y la voluntad de inhibirlo más y gente que ni se  molesta en taparlo.

Hoy voy a hablar de tres maneras de apartarse de esas personas. Tres modos de dejar a un lado a una persona o a un grupo de personas con las que tienes una amistad o puedes llegar a tener una amistad: La auto-exclusión, la exclusión forzada y la exclusión directa.

LA AUTO-EXCLUSIÓN: Esta manera de apartarse de la gente con la que en principio tienes algo en común, un curso, unos intereses comunes, un trabajo, una cultura, un espacio común...es un modo de exclusión motivado por unas escasas dotes de socialización que te impiden mezclarte con el grupo, hablar de manera distendida, intentar ser popular, destacar, adaptarte a él. Esta manera de auto-exclusión se produce en personas tremendamente tímidas a las que les da miedo "quedar mal" o sentirse rechazados. También puede producirse entre personas cuyo auto concepto o auto estima es bajito y ellos mismos creen que no van a encajar en el grupo y terminan por desistir en sus livianos intentos por adaptarse. Finalmente, puede suceder también entre sujetos que, aunque tienen buenas habilidades sociales o se saben bandear en las relaciones, no ven que puedan compartir nada con la gente y sencillamente se apartan. Esto último sucede cuando se inicia la relación, no tanto cuando es persistente en el tiempo.

Pasamos a la siguiente. Por cierto, estoy utilizando unos términos bastante elaborados, pero que son de mi puta invención, por lo que insisto en que todo esto es mi propia teoría y no está necesariamente basado en nada científicamente probado, aunque probablemente algo o mucho de cierto haya en lo que estoy contando.

LA EXCLUSIÓN FORZADA: Esto sucede cuando no es uno el que se va sino cuando "es expulsado". Esto es muy habitual en grupos manejados por un lider o varios líderes explícitos o a la sombra. Dicha exclusión se produce cuando uno no encaja en los estándares de grupo que el propio líder establece en su mente de pez gordo y se crea una corriente de opinión negativa hacia esa persona. Esto a veces sucede o porque la persona excluida es jodidamente insoportable o le ha fallado al grupo o porque se buscan excusas para apartar a la persona que no sigue el patrón de los  demás o no va por la vereda marcada por el líder o líderes.

Voy a poner un ejemplo personal de esto. Mi infancia está repleta de ejemplos de exclusión forzada, pero quizás el más ilustrativo es cuando sistematicamente yo era rechazado una y otra vez para jugar al fútbol con mis compañeros (que no amigos) de colegio. Las pocas veces que jugaba, jugaba de portero, porque nadie lo quería ser, pero cuando participábamos en algún campeonato, se trataba de algo serio o símplemente si había niños de otras clases compitiendo, yo calentaba banco como un campeón y lo peor de todo, es que lo veía lógico, ya que yo era patético jugando al futbol. Posteriormente reflexioné y me di cuenta de que aquello se parecía más a las putas pruebas para ingresar en el Real Madrid que una pachanga entre chavales y empecé a engendrar odio hacia esos mismos personajes y hacia ese tipo de exclusión.







Pero la exclusión forzada también se produce en otros ámbitos de la vida. No soy un hombre casado, pero sí sé y mucha otra gente me ha contado que en el momento en el que alguien se echa pareja o se va a vivir con la misma, o incluso a veces sin nadie, a otro barrio, a otro pueblo o a otra ciudad (no digamos ya a otro país), se deja de contar con esa persona. Esto último puede ser a veces un caso de autoexclusión; pensemos en cuántas veces habremos perdido colegas que han sido "abducidos" por víboras y nos han dejado de lado, aunque también puede tratarse de una exclusión forzada de tomo y lomo. Se hace la falsa asunción de que si el chaval, que ahora vive en Móstoles, no baja a bar con los colegas del barrio, ya hay que darle por perdido. Se supone que no va a coger su coche y va a subirse al norte para echa unos botijos rápidos o ver el partido. Insisto, en muchas ocasiones esto es así (autoexclusión) y en otras no (exclusión forzada). Y esto tiene que ver mucho con aspectos culturales propios de nuestro país. Mi zona de confort = mi barrio.

LA EXCLUSIÓN DIRECTA: Esta es mi favorita. Puede parecer similar a la auto-exclusión, pero es muy diferente. En la auto-exclusión intervienen aspectos intrínsecos de la personalidad que bloquean al sujeto para poder ser él mismo y mostrarse tal como es o simplemente existe una desconexión con el grupo que hace que seas tú el que te marches, aunque no quieras marcharte del todo. En la exclusión forzada es a ti a quien te echan, bien porque la has cagado o bien porque el líder te señala con el dedito. Sin embargo, esta manera de apartarse de la gente es absolutamente voluntaria. Consiste en lo que se ha venido diciendo "apartarse de la gente tóxica" o que no tiene absolutamente nada positivo que aportarte. Bien, ya he dicho antes que no coincido con esto, con mucho de los libros de auto ayuda o los artículos de pacotilla que publica Don Nadie en la revista "A mí que me importa". Yo lo explicaría de la siguiente manera.

Consiste en tener valor. Cuando uno madura y se empieza a querer a uno mismo (creo que nos cuesta querernos y no sé si hay personas que se llegan a querer a sí mismos al cien por cien de verdad), uno empieza a ver cosas raras. Puede parecer que este tipo de exclusión directa se produce mucho, pero de veras que no se produce mucho. Creemos que dejamos de lado a los demás, cuando de lo que se ha tratado ha sido de una auto-exclusión. Pensamos que ha sido una exclusión directa cuando probablemente ha sido una exclusión forzada. No, amigos...no hay mucha gente que tenga las santas pelotas para coger el toro por los cuernos y proceder él mismo a la exclusión directa. Este tiene que ser nuestro fin. Lo deseable sería que todos nos llevásemos bien y en verdad es más fácil llevarse bien que mal, pero vivimos en un mundo de egoistas. Creo en las segundas, terceras, cuartas, quintas y múltiples oportunidades, pero uno tiene que tener claro hasta donde está dispuesto a aguantar.

La exclusión directa es un fin en sí mismo, porque si se hace bien, es porque tú mismo te has liberado de tus miedos, de tus fantasmas, de tu manera políticamente correcta de hacer las cosas una y otra vez. No creo en el "ojo por ojo y diente por diente", así nos va. Sí creo que hay gente que no se corta y gente que sí nos cortamos. Hay gente con mucho papo y gente que no tenemos papo. Eso es una diferencia entre los unos y los otros que se llama HONOR. Desgraciadamente tenemos que convivir con personas poco honorables. No podemos vivir en nuestra burbuja, porque somos animales sociales, esto es lo que nos diferencia en parte de algunos animales. Precisamente por eso llega un momento en el que toca elegir a quien quieres conocer y a quien no, con quien puedes contar y con quien no, quienes son tus amigos y quienes no...en qué categoría metes a cada uno o directamente a qué contenedor lo tiras.

Hay personas que somos realmente estúpidas y que no perdemos la fé en la humanidad, porque quizás eso ya sea lo último que nos quede. Lo cierto es que mucha gente se aprovecha de la bondad de esas personas y creen que les pueden tratar como a los demás, de manera egoísta, sin que nada pase. Pues no, hay personas que somos sensibles y que no nos gusta que nos fallen. Tal vez a ti no te importe fallarle a los demás, a mí sí. Quizás estés acostumbrado a fallarle a la gente y que no haya consecuencias, yo no soy así. Puede ser que veas natural el utilizar, literalmente, a la gente a tu gusto, yo no. Cabe la posibilidad de que ni siquiera ya te importe el fallarle a alguien y quedarte sin él, porque tienen mucha gente de la que disponer, a mí sí me importa. Esto es lo que diferencia a la gente con valores de la gente sin valores.

Yo podría contar miles de anécdotas de gente que me ha fallado a lo largo de todos estos años. Probablemente eso daría para un libro de varios tomos. Quizás por eso, me pongo mi coraza de acero y me hago difícil de conocer, no digamos ya para entablar una relación amorosa. La verdad es que todo esto sí me ha servido para algo positivo y es a ser más práctico. Y aunque ando en proceso, creo que empiezo a ver la luz: La meta a llegar es la exclusión directa. Y ya voy haciendo unos cuantos avances.

¿Por qué tienes ser tú siempre el que proponga los planes? ¿el que mande un mensaje para ver si se sale o no? ¿por qué demonios sólo tú te tienes que interesar por cómo están los demás? ¿alguien se interesa por ti? Vivir en sociedad significan hechos, no palabras. El movimiento se demuestra andando.

Así que la próxima vez que te regalen el oído diciendo que vais a quedar y vais a hacer esto y lo otro, ten siempre un puto plan B, incluso un C antes de salir de casa, si es que sales y no te mandan antes el típico mensaje anulando planes.

Esa tía que quieres conocer más y te deja plantado a última hora, porque le salió mejor plan con otro o está de resaca. ¿Me esforcé yo en evitar beber para poder estar bien hoy contigo? Sí. Si tú no lo hiciste, no hace falta hablar más, porque no eres para mí. 

Ese colega que te falla a última hora para salir de fiesta, porque está cansado o porque tiene que hacer algo que puede hacer el cualquier otro momento. Ese colega que se pone de repente enfermo o que no saca tiempo pa ti ni pa Dios, ni para contestar tus mensajes. ¿Acaso está habiendo reciprocidad? La basura, al contenedor.

Amar significa no tener nunca que pedir perdón. Algo así decía la protagonista de "Love Story". Y aunque pueda parecer la cursilería del siglo, la gente crea sus propias cribas. Nadie hace la criba, la criba se hace sola. Si una persona a la que ni siquiera conoces (pongamos una cita a ciegas) o con la que no hay suficiente confianza, pero que quieres conocer, te falla a la primera de cambios, ¿qué podemos esperar de esa persona en el futuro? Esto, como decía al comienzo de mi artículo, se puede aplicar a cualquier ámbito de la vida, en el trabajo o en los negocios. 








En conclusión, la exclusión directa significa sacar la basura al contenedor. No se trata de disparar sin escuchar a quien tiene que pedir perdón de corazón. No se trata de ser inflexible con quien ha fallado de veras. Se trata solo de ser práctico con las personas que no generan confianza. La confianza no viene incluida en la persona, hay que ganársela. A pocas personas les he fallado yo en esta vida, seguramente se cuenten con los dedos de una mano, pero por cientos de miles a las que me han fallado a mí. Ver como normal lo que es habitual, no convierte los fallos de los demás en algo normal, esta idea la hemos repetido mucho en este blog. Ser exigente con quien no puede, es injusto, pero ser blandito y condescendiente con quien no le da la gana de aprender de sus errores, es maleducar.

La exclusión directa tiene que ser la meta sobre la que también se forjen las personas con valores del siglo XXI.