domingo, 30 de diciembre de 2012

MIAU, MIAU (BUFANDO HASTA EL FINAL)

Oh, la, la...la vida: Miau, miau (bufando hasta el final).
 

 
Llegamos al final del año; es tiempo de hacer balance para el gato nocturno. Tiempo de mi lado más íntimo y personal...
 
Cuando llegan estas fechas, uno se pregunta si el año que ha pasado ha sido bueno o ha sido malo. La respuesta, en mi caso y, por suerte o por desgracia, nunca suele ser categórica, es decir, me resulta harto dificil poner el año en una caja, la blanca de "bueno" o la negra de "malo".
 
Resulta curioso cómo este año ha tenido dos partes bien diferenciadas, dos mitades de una misma naranja, una "buena" y otra "mala". No obstante, el año lo podríamos meter en el saco de los "buenos" si tuviéramos que hacer esto sí o sí, "bueno" o "malo".
 
Se podría decir que ha sido el año de mi resurrección. Tras un fatídico 2010 y 2011, el 2011 confirmó mis nuevos propósitos, una visión más optimista de la vida y de las personas, que son quienes, para bien o para mal, la moldean.
 
Soy uno de esos "privilegiados" que tienen trabajo (parece que hay que dar hasta las gracias por ello). En mi sector, la educación pública, la cosa se ha ido moviendo de mal en peor. No obstante y, pese a continuas bajadas de sueldo, pérdida de derechos fundamentales y un proyecto de ley absolutamente disparatado que supondrá el fin definitivo, estoy contento.
 
Estoy contento porque, a pesar de todo ello, creo que he salido bien parado: He aprendido a hacer lo que tengo que hacer, sin depender de nadie, limpiar mi conciencia y defender mi profesión a mi manera, ni cómo pretenden los caducos sindicatos que, se supone, nos representan, ni cómo hacen el resto de compañeros, es decir, criticar mucho y no hacer nada.
 
Esto ha sido así porque, sencillamente, he aprendido a no depender de la gente para nada. He sabido, tras muchos años engañado, que si tu bienestar personal, tu felicidad, depende de los demás, vas listo. He aprendido, en definitiva, a no depender ni a esperar nada de nadie y, os puedo asegurar, que me va bien.
 
Y, pese a la tormenta, me siento orgulloso de haber aprendido a ser un completo ignorante, a ser un desinformado de la vida y a no enterarme ni de lo que pasa en el mundo. Y es que cuando estás gobernado por un sistema fascista (me da igual que tenga el color rojo o el color azul), es mejor mantenerse al margen y seguir aquello de "ojos que no ven, corazón que no siente". He dejado de interesarme por lo que ocurre en el mundo, de ver TV (lo poco que veía), de leer periódicos o de escuchar radio, mucho más de utilizar Internet para "desinformarme" porque, sí, definitivamente he aprendido que todo es mentira y de que nos creemos esas mentiras, esa manipulación de la que yo, como digo, prefiero estar apartado.
 
Sin embargo y, pese a que me he mantenido medianamente en el perímetro de la hoguera, creo que ha llegado la hora de plantearse muy seriamente el futuro.
Considero que en esta vida cada uno tiene que hacer lo que tiene que hacer, que la sana ambición es una gran virtud y que el talento y las capacidades deben servir para llegar a lo máximo de lo máximo, siempre y cuando esto sea posible. En 2012 me he vuelto una persona más ambiciosa, si cabe, he tomado una decisión importante: Sé que mi carrera profesional puede dar una vuelta de tuerca más y, por ello, me niego a ser brazo armado de este sistema educativo caduco. Quiero más y, por ello, estoy allanando el terreno para alcanzarlo. No sé exactamente en qué terminará todo esto, pero sé que lo lograré.
 
He nacido para comerme el mundo y...pese a los baches, acabaré por comérmelo con o sin patatas, con o sin guarnición.
 
Pero si algo ha marcado este año 2012 para el gato ha sido, nuevamente, el amor. Este blog comenzó escupiendo reproches de desamor y, tras una tregua, ha vuelto a hacerlo.
El amor, capáz de endulzarte la vida, capáz de amargártela...nuevamente el amor.
 
Hubo momentos en los que volví a creer en ello. Era una relación extraña, forzada, empeñada....que hacía de la necesidad una virtud y, con todo y con eso, llegué a sentirme cómodo, llegué a creer que sería posible.
 
Pero como todas las profecías, como la crónica de una muerte anunciada, se fué de la noche a la mañana y de la peor manera posible, sin saber por qué, sin explicaciones, sólo con silencio...
 
Algo en mi interior me decía que eso terminaría de aquella manera pero, como siempre y desgraciadamente, no hice caso a mi intuición que, en esto del amor, suele estar especialmente afinada.
 
Y pese a que me parecía la persona más buena que había conocido en toda mi vida, pese a que estaba empezando a acostumbrarme a ella...No había posibilidad alguna. No soy de los que vale para gregario. No juego bien el papel de seguidor. No soy el mejor para aguantar los problemas de los demás, posiblemente porque, pese a que quiera ayudar, ayudaría mejor escuchando sin más...No soy bueno escuchando y, aunque lo sea, tampoco soy de adorar la píldora. Al final, lo de siempre, acabo por pagar yo los problemas ajenos por no ser y negarme a ser como quieren que sea. A ella y a las que son como ella, habría que decirle que quién me quiera ver a corazón abierto, tendrá que entrar en él, no esperar a que yo entre en el de las demás. Y es que si hubiera querido ser psicólogo para que me contaran sus problemas, hubiera estudiado para ello, no lo dudeís.
 
El final fue de una crueldad inusitada y nunca vista. No sólo pagué injusto por no pecar, si no que además tuve que aguantar que me pusieran de malo, de mentiroso, de farsante y, lo más curioso, de acosador y perseguidor de mujeres.
 
A pesar de poder equivocarme en esto, que tan mal se me da, el amor, no creo arrepentirme de nada. Nunca he hecho daño a una mujer, todo lo contrario, estoy cansado de ponerme en frente de ellas y soportar en silencio el continuo bombardeo de misiles que vienen del exterior.
 
¿Lo peor de todo? Haber creído en alguien, haberlo pasado mal por pensar que no estaba siendo lo suficientemente "bueno" para alguien que creía especialmente "buena" y que resultó, una de dos, o no ser tan "buena" o estar completamente loca (síndrome narcisista lo llaman).
 
El dolor que queda después de un desengaño amoroso es dificil de explicar con palabras. Aparte de esa sensación de desconcierto, de vivir obsesionado por darle respuesta a qué ha pasado, de ver que nada puede ya solucionarse, una vez que llega la indiferencia, además de todo ello, las secuelas que te deja, que no son pocas...
 
Sin embargo, lo interesante no fue el no hundirse, si no el salir a flote. Y, pese a que hoy ella es un fantasma desaparecido, hay veces que la tengo presente en mi cabeza y en mi corazón agradeciéndola, cuando procede, que pensara en mí y tal vez me quisiera, si bien hay otras tantas veces que me acuerdo de ella como el paladin de la crueldad femenina, como ejemplo de aquello que no quiero volver a padecer en mi carne, en mi alma. ¿Qué es lo mejor de todo? Que la mayoría del tiempo me reina la indiferencia y que es tanto y tanto lo que "tengo que hacer" (recordad, uno tiene que hacer lo que tiene que hacer, lo he dicho antes) que verdaderamente son pocas, muy pocas las veces que está y que estará ya en mi cabeza. A pesar de todo, fué lo más destacado de año...¡Qué remedio!
 
El precio que hubo que pagar por esta relación de convenciencia mutua fue la ruptura de muchas relaciones de "amistad" en las que hubo un tiempo que creí. Lo que pasó después me hace pensar en otros dos refranes muy sabios, como la mayoría de los dichos populares, el primero es que "la carne es débil" (sobretodo para los que usan la mano derecha para más cosas que para comer) y que "el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra".
 
Este acontecimiento confirmo cuán de acertado me hallaba yo con aquello de no esperar nada de nadie. Sirvió para aprender una lección más: Que en la vida hay ciclos y que esos ciclos se acaban.
 
Gracias a todo ello y, tal como estaís leyendo, he aprendido, este verbo, el verbo "aprender" lo he repetido ya unas cuantas veces. No me cabe la duda de que, pese a que empiezo a dejar de ser novio de la noche, animal nocturno por excelencia, se trata de una cuestión de prioridades: Mientras yo crea en mí, como creo hoy, sé que "merezco lo que merezco", porque "hago lo que hago". Hoy sé qué tipo de personas deseo tener a mi lado; sé qué tipo de amigos quiero que se queden conmigo o lleguen hasta mí y qué tipo de mujer, al menos, no quiero a mi lado en absoluto...2013 será, sin duda, el año en que priorice cómo debe ser, de verdad, la chica de mis sueños.
 
Este año me deja, además, una serie de experiencias vitales interesantes y que me hacen pensar en la posibilidad de buscar fuera lo que no encuentro dentro. Es lamentable ver como muchos chavales jóvenes con talento están marchándose lejos a buscarse la vida. Yo, que se supone tengo mi vida laboral resuelta, veo el extranjero como una perita en dulce que cada vez me llama más. Me ha entrado mucha hambre de conocer mundo, este año fue Irlanda; espero en 2013 cumplir el sueño americano: Estados Unidos y, más en concreto, Nueva York. Y esto es sólo el comienzo...Insisto en que cada uno tiene que hacer lo que tiene que hacer, y eso lo tendrá que hacer dentro o fuera de sus fronteras.
 
Este final de 2012 me deja, muy a mi pesar, incertidumbre: Parece que bajar la guardia te hace ser vulnerable a ojos de la gente. Supongo que este año que ahora empieza definirá e inclinará la balanza de un lado o del otro. Por otra parte, parece confirmarse...cada año peor en el trabajo. ¿Llegaremos al punto en el que se acabé bailando "La Macarena" en las aulas porque no se sea capáz de hacer otra cosa?
 
Objetivos profesionales interesantes, nueva dosis de optimismo, pese a la que está cayendo, cumplir con el sueño de todo buen poeta, bajo los altos rascacielos, recuperar relaciones de amistad de calidad, que las tengo, seguir contando con el afecto incondicional de papá gato (eso espero), de mamá gata y de hermanitos gatos y poder contarlo de nuevo en 2013 son, sin duda, mis metas para el susodicho.
 
¿Y respecto al blog? A comienzos de este año pensé en twittearlo, en hacer que llegar a más gente, en dejarlo y convertirlo en libro...Bueno, tiempo al tiempo. Mientras lo pensamos, ¿qué os parece si seguimos manteniendo esta parcelita para la gente que quiera entrar en ella? A todos ellos, los que estabáis y los que vendrán...muchas gracias, de verdad.
 
 
 
¡FELÍZ GATO NUEVO!
 
 
 
 
Arañazos y lametones para todos/as.


martes, 25 de diciembre de 2012


Poeta como tú: "Desintoxicación"



DESINTOXICACIÓN
 
 
 
"Llega la Navidad.
Es tiempo de paz, antes de la guerra.
Tiempos felices, felicidad que se compra.
Es Navidad.
 
Para mí es tiempo de descansar;
no lo haré en las tierras remotas de un catálogo.
Quizás salga del círculo vicioso y me dé una vuelta enderredor.
 
Estoy al borde de una sobredosis de envidias de mujeres
de palabras vacías.
Débil de soportar el griterío de una muchedumbre mentalmente enajenada,
de aguantar los golpes de la descarada y desvergonzada ignorancia
que no pasa de moda en las barriadas suburbiales, sostenidas por papitos
que se pasean enjoyados con la gorra atravesada y los pantalones cagados.
Ando ciego ya de envidias, de niñerías de gente con el pelo de estropajo,
de inglesas sin vocales, de sabelotodos, de psicótica mansedumbre
que copia y obedece, de liberales que censuran, de ser el tuerto
en el país de los ciegos.
 
Y cuando estoy a punto de convulsionar y echar espuma por la boca,
escapo...
Escapo, demabulo cojeando, cegado por la luz, temblando de frío.
Comienza mi periodo de desintoxicación...
 
Pasan los días, retumba y repiquetea mi cabeza.
Despierto inquieto por la mañana, me derrumbo en la almohada,
tal como si me hubieran dado la paliza de mi vida,
comenzando la resurrección, empezando una nueva vida,
gastando la anterior, hasta que llegue el día que caduquen.
 
Un fantasma del pasado ronda por mi cabeza estos días,
cuando se cumple un año que apareció como aparecen en mi vida,
como eclipses, al principio bonitos, después relucientes, al final
cegadores. Se mezcla la melancolía con la indiferencia...
Aparece en abastracto un oscuro deseo, desaparece de repente.
 
Reluce en mi mente un chispazo de incertidumbre, es un día señalado.
Como una pequeña dosis, como un pequeño homenaje, consumo.
La cantidad no me satisface, no necesito más de ella, nunca más.
 
Lo malo de todo esto es tener la seguridad
de saber que cuando estés limpio, volverás a recaer.
Te hará recaer la necesidad, la necesidad de un trabajo,
la necesidad de una mujer que te amargue, la necesidad
de gente que te traicione y que te falle...No importará.
 
No importará el seguir metido en el hoyo, ya sabes sobrevivir.
Importa cavar la salida, importa mancharte ahora las manos
en la carbonera, mientras piensas que pronto serás libre
de tus adicciones, de tu espiral sin sentido, como un cubo
de Rubi estropeado y que tratas de resolver, una y otra vez,
una tras otra.
 
Para mí es tiempo de descansar.
Quizás salga del círculo vicioso y me dé una vuelta enderredor."
 
 
 
 
Portada de la novela gráfica "La Ciudad", de Frans Masereel.
 


 
 


martes, 4 de diciembre de 2012

Poeta como tú: "La indiferencia".



LA INDIFERENCIA



"Llueve a raudales en la gran ciudad.
Todos se resguardan desesperados.
Todos los taxis han quedado
ocupados.
Meto las manos en mi abrigo
y me voy
sin, ni siquiera, mirar hacia adelante.

Al menos cinco mujeres me desechan
a diario
y no me importa,
porque sé que las puedo conseguir
por otro lado,
aunque tenga que bajar al fango
a buscarlas,
cruzar la jodida sudamérica y parar
en esas islas minúsculas
que me importan un bledo.

Las opciones eran dedos de una mano
alzada,
que se van cerrando poco a poco.
Siempre queda recambio para una mentirosa,
tan fácil como sustituirla por otra mujer
a quién le intereses hoy
y quizás mañana,
que no pasado.

Mi indiferencia quedó en el cruce siguiente,
en la calle que baja
y que hace curva.
Eres sólo un fantasma
sin sábana.
Alguien que apareció
para hacer payasadas.
Alguien se rió
y después te fuiste
avergonzada
y convencida
de tu historia,
la historia
de otra loca.

Me invade la indiferencia

cuando pienso
en que esa otra existió
y no está muerta,
aunque lo parezca,
aunque mi memoria
la haya asesinado.

Y mi indiferencia se quedó
en la cama el día de los difuntos,
el día que la ducha
escupía reproches.

Y es que me he enamorado
de mi mismo.
Admiro mi capacidad
camaleónica para cambiar
de color, según mande
el olvido.

Así que teja a teja,
gravilla que cae,
así construyo mi tejado
en dónde resguardarme
de la lluvia que cesa
y ha arrastrado
a las alcantarillas
miles de lágrimas
viejas
y ha dejado una pieza
de la casa que debo
construir
en la que me veo sólo
frente a una chimenea
en batín, fumando en pipa
y acariciando al perro.

Y hasta entonces

vuelvo a ser una fuerza
de la naturaleza, un vendaval
cuya presencia a nadie
deja indiferente,
a nadie le resbala.

Y es que la indiferencia
hacia tu trabajo,
hacia la gente
que opina,
se exalta
o se duerme.
La indifencia
hacia la que dice
que te quiere,
porque sabes
que, o es para un rato,
o miente.
La indiferencia
ante la gente
de la que dependes
para echar un puto trago
y escapar...
es un camino nuevo para mí.

La indiferencia abre un camino
hacia la esperanza
porque la indiferencia
suscita el interés
de aquellos a los que ignoras
y eso hace que dejes de ignorarlos,
aunque sea por un momento,
aunque sea sólo por saber
qué coño les pasa.

Y según se fueron,
volvieron.
Y según volvieron,
se fueron, al ver
que yo ya no estaba..."


sábado, 17 de noviembre de 2012

APRENDER A DETECTAR: ASUME TU RESPONSABILIDAD EN ESTE MUNDO





APRENDER A DETECTAR: ASUME TU RESPONSABILIDAD EN ESTE MUNDO.
 

 

En estos tiempos que corren hay mucha gente verdaderamente cansada de la situación general en la que vivimos. Todo esto que está pasando en el mundo y, que nos han vendido como una "crisis económica" cuando de lo que se trata es de una crisis social y de valores humanos, revierte directamente en los niveles de felicidad de la gente.

Las expectativas no son muy optimistas en lo que se refiere a la repercusión que puede tener para la salud mental de la población.

Y es que muchas veces nos preocupamos de nuestro estado de salud física y descuidamos u obviamos cómo nos sentimos por dentro, nuestra salud mental.

En el futuro más inmediato los niveles de estrés, ansiedad y tristeza se multiplicarán como consecuencia, no sólo ya de la vida condicionada, supedita, que estamos llevando. En el futuro más inmediato nuestra salud mental se verá perjudicada por los altos índices de frustración e impotencia que eso nos produce.

Por explicarlo de una forma gráfica, hemos entrado en un blucle en el que no caemos en la cuenta de que hay algo que nos impide ser felices. La frustración, la impotencia de la que hablo queda disfrazada por el hecho de vivir del modo en el que vivimos, sin apenas reparar en aquello que nos sucede en nuestro interior, llevando una vida que se rige por el piloto automático que sólo se desconecta por las noches, a veces ni siquiera.

Estamos mediatizados por un sistema perfectamente orquestado. El "estado del beinestar", las inmensas posibilidades nos han hecho creer que todo está al alcance de nuestra mano sin apenas esfuerzo, nos han hecho olvidar cómo poder detectar las anomalías del mundo y de las personas que lo pueblan.

Es consecuencia normal que en plena "sociedad del conocimiento" haya un desconocimientos total de lo que ocurre, de cómo está todo organizado, puesto que si lo está, es para que nadie se pare a pensar en qué funciona mal o que si lo hacemos, deleguemos nuestra responsabilidad en el otro y no esbocemos nunca el "mea culpa".

Vivimos en una inmensa red, en una tela de araña sobre la que se posa el gran artrópodo. Nos hemos convertido en seres autómatas pasivos. Somos una especie en peligro de extinción del pensamiento propio. Se está sustituyendo al hombre racional por la máquina.

 Nuestro papel ha pasado a ser de una pasividad total y absoluta. Somos víctimas de la satisfacción inmediata del aquí y el ahora, del que nos lo den todo hecho, de que todo pase a depender de los demás.

Es esta una ilusión óptica, una máscara que nos han puesto en la cara y que nos hemos puesto para no ver la realidad, la cruda realidad.

En relación con esto, cuando llegan los problemas, cuando nos sentimos insatisfechos por la situación actual, gritamos tímidamente en contra de políticos, banqueros, empresarios...Buscamos culpables aún a sabiendas, bien en nuestro fondo, de que somos los primeros responsables de lo que nos está ocurriendo.

Somos nosotros los que hemos creado a este Frankenstein, todos somos el monstruo.
 
Hemos creído que vendrá alguien a salvarnos de todo esto, que son los otros los que tienen la responsabilidad de solucionarnos nuestros grandes problemas, como estamos acostrumbrados a que se nos solucionen otros problemas más pequeños.

A la vista está como hoy en día los niños ya no se esfuerzan por conseguir las cosas y como sus profesores tienen que ponerle el conocimiento en los ojos para que logren captar algo de lo que se les ofrece, si es que lo captan. Esa es la metáfora del hombre pasivo y egoista: Si a mi me lo dan todo hecho, me acomodo, si me acomodo, no tengo por qué luchar por nada, porque eso requiere esfuerzo y si me esfuerzo, eso requiere un gasto de energía que, ¿para qué lo voy a hacer si otros pueden hacerlo por mí?

Son varios ya los artículos que he escrito aludiendo a estas ideas, como aquel dedicado a "los maestros que lloran", aquel manifiesto contra la pasividad docente, etc.

Por entonces y, con motivo de las huelgas que, como la que hemos vivido este pasado 14 de noviembre en España, yo decía que somos especialistas en buscarnos excusas para no hacer lo que realmente quisieramos hacer. Estoy convencido que en la demostración suprema del aparente malestar colectivo un alto porcentaje de personas hubiera querido ejercer su derecho a huelga a juzgar por sus constantes e incensantes lloriqueos, protestas, caras largas y correos cadena que por ahí circulan. Si entonces decidieron no ser consecuentes ni fieles a su pensamiento, fue por miedo.

El miedo nos conduce por ruta directa a la infelicidad. Asumir el miedo es el primer paso para poder superarlo. El ponerse excusas a uno mismo y utilizar de escudo al otro (siempre al otro), vease la empresa que me descuenta dinero el día de la huelga o que me amenaza con echarme del trabajo, vease el sindicato de turno al que ponemos de pantalla y culpabilizamos de la crisis, aún a sabiendas que son otros los responsables, y no hablo sólo de políticos, banqueros y multinacionales, hablo de nosotros mismos.

Por tanto, la llave del cambio no es sólo dejar de compadecerse y actuar saliendo a la calle, normalmente a despotricar y a romper papeleras, que todos pagamos. La llave del cambio está en tí: La verdadera revolución está en asumir tu responsabilidad en este mundo.

Hemos pensado durante todos estos años de falsa democrácia que pagábamos a una serie de políticos para que solucionaran los problemas de nuestro país. Hemos creído, que, como si de un proveedor más se tratase (Movistar, Iberdrola, etc.), ellos nos iban a sacar de la crisis socio económica que vivimos. El tiempo nos ha demostrado que ellos, aún perfectamente capaces de sacarnos, no están realmente interesados en hacerlo, más bien en aprovechar la coyuntura y sacar tajada de todo esto.

Ha llegado, por lo tanto, el momento de tomar las riendas. ¿Qué hace el gato cuando nadie le abre el armarito de la comida? Salta hacia el pomo y se encarga él mismo de volcar su lata de alimento y comer, igual que el perro callejero urgando entre los contenedores de basura. Los seres humanos tenemos ese instinto de supervivencia mucho más adentro, mucho menos a flor de piel. Parece que la llave del cambio está, consecuentemente, ligada a niveles extremos de agonía si no nos hacemos responsables de cambiar con pequeños gestos el mundo.

Muchos dirán que con pequeños gestos el mundo no se cambia. En efecto, unos pequeños gestos aislados no sirven de absolutamente nada por mucho que nos quedemos contentos haciéndolos. Sin embargo, son los pequeños gestos los que mueven a los otros hilos de la red a resquebrajar esta tela de araña que nos enreda y nos aprisiona. Son los pequeños gestos los que cambian el mundo.

Resulta dificil pensar desde una posición idividual cómo poder cambiar el colectivo. Somos animales sociales y, por ello, tendemos a delgar nuestra responsabilidad en los demás antes de asumirla, nos falta iniciativa, empuje, empaque, precisamente por miedo o comodidad. En esa espiral estamos y habrá alguien quién tenga que abrir el melón para que todo empiece a girar.
 
Los siguientes ejemplos son pequeños gestos cotidianos, no especialmente seleccionados más que por la velocidad y el orden en con el que se me vienen a la cabeza:

- Si crees que el problema del denominado "cambio climático" es algo que no te afecta a tí, si no una cosa de los perroflautas de "Greenpeace", es que no vives en este mundo. Los políticos no parecen interesados en poner freno a la sinrazón que está terminando con los recursos naturales del planeta y si piensas que son ellos los que con protocolos, como el de Kyoto, que son papel mojado, son los que van a velar por el cuidado de la naturaleza, tú flipas.
No se trata de que recicles pilas, ni que eches cuatro botellas de vidrio en el contenedor verde. Se trata de que cambies de móvil cuando se te rompa, no cuando te den uno más chulo, de que cojas el coche lo imprescindible, de que si trabajas en el campo, utilices productos que no perjudiquen al planeta, de que si puedes viajar en tren, mucho mejor que el avión. Se trata de todas esas cosas...
 
- Exige tu factura o ticket de compra en cualquier comercio, por pequeño que sea, ya que si no, estás fomentando la economía sumergida, principal lastre del problema que hoy vivimos.

- No permitas abusos de nadie: Pídele la placa al agente de policía que te ha agredido (si es que la lleva), denuncia por la vía legal a la empresa o al organismo público que te ha tocado la moral, espera al pez gordo a la salida del edificio y, sencillamente, pierde el miedo a escandalizar.
Recuerda que cuando estás rodeado por una manada de lobos...¡Debes atacar al más fiero de todos!

- Pídele a tu banco que te informe sobre el tipo de inversiones que realiza, que sepas a dónde va tu dinero y a quienes financian con él. Si no te facilitan esa información, cambia de banco.

- Esfuérzate por leerte los programas de TODOS los partidos políticos que se presenten a las elecciones generales o autonómicas (incluso el de "La Falange") y si ninguno de ellos te convence, entonces toma la decisión de votar nulo, en blanco o directamente, no vayas a votar. Si no haces eso, no estás en disposición de decir aquello de "todos los políticos son iguales", porque no lo sabes a ciencia cierta...es una excusa para no pensar.

- Exige calidad de servicio: Llama al orden al dependiente que está watsappeando mientras le preguntas algo, vete de la tienda si no te atienden y no regreses jamás, habla con el encargado si algo no te parece adecuado, pon una reclamación directamente en el órgano competente. Todo esto, bajo la premisa de que si tuviéramos que hacerlo cada vez que sucede, estaríamos todo el día en la oficina de consumo...Hazlo sólo cuando realmente te indigne que, bajo este nuevo prisma de ver la vida que te brindo esta noche, serán varias veces más de lo habitual para tí.

- Pasa del YO al NOSOTROS. Recuerda que toda acción en tu beneficio, puede ir en perjuicio de los demás, por ejemplo: Ganar dinero de forma ilícita realizando una acción ilegal que perjudique al colectivo (traficando con drogas, dinero negro...). Ten en cuenta que nadie se hace rico si no es a costa de los demás. No hay NADA que te haga conseguir dinero sin que alguien salga clamorosamente perjudicado ni haya alguien que se lucre el doble que tú.

- Escoge el colegio más adecuado para tus hijos. No me estoy refiriendo a que tenga piscina, sea trilingüe, los niños vayan de traje y corbata ni que haya clase de sevillanas para las madres. A lo que me estoy refiriendo es que te informes sobre el ideario de centro, que sepas de su cultura institucional, de sus principios pedagógicos recogidos en su Proyecto Educativo, Curricular y Programación General Anual. Si es un colegio público, probablemente te suene a fotocopia del colegio de en frente, por lo que el ideario será inexistente, más que lo que dicta la Administración educativa. Si quieres que tu hijo entre en la cinta transportadora y sea un número más, adelante.

- No pemitas ni una sola injusticia. Si, por poner un ejemplo, hemos retrocedido en nuestros derechos como trabajadores no es ya sólo por una reforma laboral fascista, si no por todo lo que hemos consentido en estos últimos años por miedo y sólo miedo. Sé que es mala época para decirlo pero, en circunstancias normales no deberíamos aceptar un trabajo en el que se nos insta a hacer horas extra no renumeradas, se nos descuenta dinero por tener que acudir al médico o acompañar a un familiar que no pueda valerse por sí mismo, que nos hagan un contrato de obra y fin de servicio cuando el servicio nunca va a terminar, que se nos baje el sueldo o se nos encomienden tareas que nada tienen que ver con la categoría profesional que ostentamos.
El acatar todo esto es lo que realmente nos ha llevado a la situación actual en el mundo del trabajo, más deshumanizada que nunca, allí dónde parece que existen dos bandos, el de los empresarios y el de los trabajadores, como si unos fueran robots y otros personas. No, todos somos humanos, todos reímos y todos lloramos.

Esto y muchas cosas más...
 
Si todo lo anterior nos parece evidente o, cuanto menos, razonable o, sin ser tan ambicioso, asequible, entonces podremos pararnos a pensar en la siguiente conclusión:
El mundo lo cambias tú: Un conjunto de "tús" hacen muchos "tús" y muchos "tús" forman grandes masas de "tús" y esas masas se extienden de manera imprevisible allá a dónde alcanza nuestra imaginación.
Es probable que se necesiten líderes sin miedo que marquen el camino, que levanten a las masas, que resuciten a los muertos con sus palabras, tal vez eso sea lo que esperamos a que surja, pero, hasta entonces y, sin demasiada esperanza de que eso acontezca, somos responsables de nuestro destino. Abandonar esa posición de comodidad, saber detectar aquello que no es normal, por muy habitual que parezca, saber localizar según una escala de valores universales y objetiva aquello qué no puede seguir dejándose pasar de lado y actuar con responsabilidad intentando, como bien decía en su discurso final Banden Powell, dejar el mundo un poco mejor de lo que lo encontramos, es nuestra obligación moral, es nuestra seña de identidad real, es nuestra marca imborrable de que pasamos por aquí.
 
Tú decides: Tomar tu responsabilidad y cuidar de allí dónde te ha tocado vivir o esperar que venga alguien a hacerlo por tí. Si intentas vivir con la idea de que ese día llegará, acomódate y ve la vida pasar dejándola escapar como un tren que se marcha delante de tus propios ojos, secos ya de tanto y tanto llorar por dentro, llorar sin que se note mucho, eso sí, mientras te quemas por dentro...




 


"Mi vida fue hecha para llenarse de amor, pero fui lanzado al odio y a la destrucción" (Los Suaves, canción: "Frankenstein" - todos somos el monstruo -).









viernes, 12 de octubre de 2012

RÁPIDOS Y FURIOSOS

Oh, la, la...La vida: "RÁPIDOS Y FURIOSOS".


 
Woody Allen (y su psiquitra) se dieron a conocer en el mundo del cine por reconocer algunos de sus numerosas traumas y neuras. En el artículo de esta noche, titulado "Rápidos y Furiosos", un homenaje a la pésima película "Fast and Furious", bodrio que pude tener la oportunidad de ver hace algunos años junto a una amiga en los cines "Cuadernillos" de Alcalá de Henares, cuya puerta de acceso parecía más la entrada a la GOA de Fabrik que la de un cine de segunda. Pues eso...(que me voy por las ramas), que voy a escribir sobre una de mis principales paranoias: Los coches. Y es que, amiguitos míos, padezco una terrible fobia llamada amoxofobia o "miedo a conducir". En las siguientes líneas os explicaré el origen de este trauma personal y luego nos detendremos a pensar si está, aunque sea un poquito, justificado o no.
 
Si existiera un record sobre la persona que más clases apoquinó en la auto-escuela para poder "aprender" a conducir, ese record lo encabezaría yo, sin duda alguna. Tras haberme apuntado a la auto escuela del barrio de toda la vida y haber aprobado sin problemas el tórico (con 0 fallos, quiere decir...¡puto crack!), pues resulta que a mi jefe de entonces (yo trabajaba en una empresa de mensajería) le entró la prisa porque me sacara el carné de conducir ya que necesitaba un mensajero más para la ruta. Como la sexagenaria secretaria de mi auto escuela no me encontraba hora para empezar las clases prácticas, puesto que yo llegaba muy tarde al barrio, mi jefe me "invitó" a cambiarme a otra. Así lo hice y, tras un enfrentamiento telefónico encarnizado con la susodicha sexagenaria quien afirmó que "nunca en su larga carrera se había encontrado con nada parecido" cuando le dije que había fichado por "Palomero" (sí, sí...auto-escuela "Palomero", la mayor mafia dentro del sector, amen de ser un absoluto desastre).Pues eso (que me vuelvo a enrollar), que me examiné cuatro veces hasta que conseguí aprobar. Yo a la tercera, cuando el gilipollas de mi profesor pisó el freno porque "pensaba" que me iba a subir a un bordillo de una calle de Móstoles a la hora de aparcar materializandose mi suspenso automático (eso lo supe cuando sonó el pitidito), decidí, pues, que no iba a gastarme ni un duro más en una clase que no fuera de maniobras ya que las tres veces suspendí fue exactamente por lo mismo: no saber aparcar, ¿Cómo iba a saber si aquel gilipollas con mala hostia nunca me enseñó? Curiosamente fue a la cuarta cuando (con otro profesor) logré el "hito" después de cerca de las quinientas mil pesetas de la época de desembolso y haber apoquinado también las clases extra exigidas por el Ministerio (esas de cuando "renuevas").
 
Pensando en todo esto, luego llegué a la conclusión de que todo esto de las auto-escuelas y la DGT es uno de los mayores tinglados del país, un sucio negocio en el que ambos ganan y los demás sueltan la gallina sin más porque, claro, cuando cumples 18 años una de las cosas que tienes que hacer es eso: "sacarte el carnet", por eso yo lo hice a los 23 años.
 
La experiencia fue traumática ya de entrada. Ese examen es algo especial. No importa que tengas una carrera, un master en no sé qué o estudios avanzados en no sé cuantas...es especial. Conducir un vehículo es una de las cosas más difíciles que, para mí al menos, existen. Es un examen para mañosos, no para gente inteligente. Es el examen perfecto para fracasados escolares mañosos, no para gente que cultivamos la mente y poco lo manos, algunos quienes, además, rozamos la dislexia mental para todo lo que vienen siendo todo aquello de las maquinitas.
 
Ya tenía coche cuando me saqué el carné: Un R11 heredado de mi tío, una joya de la familia, pese a que tenía más años que la tana. Le pillé cariño a aquel "bandidito" rojo. Comencé a salir (con mi madre al ladito) a moverme por los madriles y sus extraradios en plan dominguero (sí, de los que salen con el coche los domingos). Mi fobia ya era incipiente, pues no había razón para tener a mi progenitora al lado en todo viaje, por cortito que fuera, que emprendía con mi coche.
 
Cuando aquella tarde de viernes salí con ella al IKEA de Parque Oeste a mirar unos muebles y, a punto de tomar la incorporación a la autopista, nos estampamos con el coche de en frente ya que mi vehículo no quiso frenar. (o los mecánicos de MIDAS no dieron pie con bola a la hora de cambiarme el líquido de frenos unos días antes). El R11 quedó como un acordeón y, afortunadamente, nosotros dos ilesos, no así mi bolsillo, que tuvo que pagar un par de grúas, una de retorno a casa y otra para llevarlo a la Renault, una vez que los del taller se hicieron los locos a la hora de pedirles responsabilidades y, claro, estos de la compaía francesa también dijeran que NO podía ser cosa de los frenos (la bomba de freno era también marca Renault, así curiosamente).
 
Tras aquello, estuve años sin coger un coche. Hace aproximadamente tres que me compré mi seat Ibiza Sport (tras las respectivas clases de reciclaje...¡vuelta al apoquine!) y he llegado a la conclusión definitiva de que, efectivamente, lo padezco, estoy tronado, estoy traumado por completo, tengo miedo a conducir, padezco lo que se denomina "amoxofobia".
 
La amoxofobia parece ser una fobia consistente en un pánico, más o menos infundado, a conducir. Supongo que habrá casos en los que la persona que, con sólo pensar en que tiene que coger el coche al día siguiente, le entren los siete males y, tan sólo con meterse en el coche, se caguen con la pata abajo o empiecen a sudar como pollos.
Realmente eso no me pasa a mí del todo. Es más, me gusta conducir, pero tengo miedo a conducir. No se trata tanto de miedo al qué yo pueda hacer si no, y más bien, a qué es lo que los demás pueden (o no puedan o quieran) hacer.
 
Sólo puedo decir que es realmente una putada. Lo es porque no puedes disfrutar de la libertad de movimientos que te permite un coche, sobretodo los fines de semana, ni tampoco ahorrar tiempo de desplazamiento todos los días para ir a tu trabajo.
 
Incluso, y esto me ha pasado, este problema me ha llevado a no poder quedar con tías que realmente me interesaban mucho pero cuyo ideal de tío incluía en el paquete un coche (para que las trajeran, las llevaran o, simplemente, para ir con un tío con coche).
 
No obstante, después de lo escrito, estoy absolutamente convencido de dos cosas:
 
1. Que superar mi amoxofobia es uno de los retos de mi vida y no tengo ningún tipo de prisa en hacerlo (aunque cumpla los 80 años con mi Seat Ibiza Sport).
2. Que mi miedo está absolutamente justificado por las malas experiencias vividas y por lo que sigue...
 
Y lo que sigue es lo que sigue: Madrid, esa ciudad de locos, esa burbuja gris, es el mayor circuito de pruebas del planeta Tierra. Conducir por la gran ciudad es uno de los mayores retos de todo ser humano. Meterse con un vehículo en plena capital a plena hora de la mañana es como ir con un machete en la boca a la selva o correr delante de los leones en la sabana africana. Conducir en Madrid no es sólo dificil, es sobrevivir a una jungla de gente rápida y furiosa.
 
 
 
2 Fast 2 Furious Game Artwork
 
 
 

Es increible el poder de la mente: Muchas personas, incluída yo, le tenemos un cierto respeto a eso de viajar en avión cuando, pradójicamente, se trata de uno de los medios de transporte más seguros del mundo siendo, por contra, el tabaco y los accidentes de tráfico, algunas de las principales causas de muerte en España.
 
Pero en el país en el que "vemos normal lo que no es normal", en el país en el que parece que "el mundó está del revés" nos hemos acostumbrado a escuchar a gente que, con toda ligereza, cuenta a sus amigos que se hizo el trayecto Madrid-Valencia en una hora y media a 140-160 todo el camino. ¿No habíamos quedado en que el límite de velocidad eran 120? (110 según Rubalcaba).
 
No hace falta más que salir a la carretera para poder comprobar que, efectivamente, Dios existe y que si no pasan más cosas, es porque el socio no quiere: Coches que te rebasan doblando tu velocidad, coches que se cambian a tu carril sin señalizar, coches que no dejan que te incorpores a la nacional de turno, coches que se saltan semáforos y pasos de peatones, etc.
 
Entre alguno de los pocos capítulos que he tenido en mi vida de conductor está, por ejemplo, cuando camino de Cadalso de los Vidrios, conduciendo por la Carretera de los Pantanos a la velocidad establecida (80km/h y 60 en las curvas), logré formar una caravana de coches que, cuando salimos a autopista, se cagaron en mi puta madre, la cual iba justo a mi lado. Recuerdo la imagen de una chica, que no estaba mal del todo, mirándome desde la ventanilla de su monovolumen haciéndome un gesto en plan "Vas pisando huevos" (aunque los huevos se los hubiera metido yo en otra parte en esos momentos) todo ello después de haber respetado en todo momento la velocidad que marcaban las señales verticales (80-60) ni más, ni menos y sabiendo de la peligrosidad de la carretera anteriormente mencionada.
 
Por tanto, es este un ejemplo de cómo vemos normal lo que no es normal, así como cuando hay que soportar al paleto correspondiente decir que se va a comprar un inhibidor de radares o que, cuando no ve a la guardia civil cerquita, aprovecha para pisarle. Esos son los mismos que te critican si se suben contigo en el coche y que, si respetas los límites de velocidad, los cuales aprovecho para decir que me parece que están de putísima madre puestos, te dicen que le pises "que estás entorpeciendo el tráfico". Yo pregunto: ¿Entorpecer a quién? ¿a gente rápìda y furiosa? Lo fascinante, como digo, es que esto te lo diga gente que recibe casi mensualmente multas de tráfico a casa porque, claro, "Son unos cabrones; ahora con la crisis no te pasan ni una, no te puedes pasar ni diez kilómetros, porque te quitan los puntos" (no obstante, para eso está Internet, para venderlos o comprarlos).
 
Lo trascente y preocupante de todo esto es que las personas que te dicen esto representan prácticamente un 90% de los conductores. Se ve normal lo que no es normal y, por contra, anormal lo que es normal, debería ser normal o, al menos, está así establecido por Ley.
 
Leí en un libro de comunicación no verbal en el que decía que cuando los seres humanos estamos dentro del coche, sacamos nuestro lado más salvaje; esto es debido a dos factores:
 
a) Porque el habitáculo del vehículo nos "aisla" del resto (o, al menos, esa es la sensación que nos da).
b) Porque estar al mando de un vehículo nos otorga una posición de dominio importante (en este caso es el humano el que dirige a la máquina hacia dónde este disponga).
 
En resumidas cuentas: La gente se comporta como se comporta al volante y, fundamentalmente en las grandes ciudades, por la sencilla razón de que estamos convirtiéndonos en un rebaño de "rápidos y furiosos" estresados, nerviosos, frustrados, malfollados, flipados y piruleros. Esto es tremendamente sintomático de la sociedad que se está construyendo en este s.XXI, el que será el siglo de la decadencia humana de no ponerle freno a cosas que, como estas, demuestran la imperante necesidad de medidas educativas que, como todo mal vicio, como todo mal hábito, debe ser tomado como una cuestión de interés general. Sin emabargo, nuestra clase política se despreocupa de ello, en todo caso hay políticos quienes se dedican, a lo sumo, a juegar con los límites de velocidad, unos subiéndolos, otros bajándolos. El alcohol sigue fluyendo por las venas de todos los españoles los fines de semana y Dios sigue haciendo su trabajo: Hacer normal lo que no es normal y que, para algunos de nosotros, es justamente al contrario.




sábado, 29 de septiembre de 2012

LA CRISIS ECONÓMICA

 
En este tiempo, desde que todo comenzó, me he resistido a escribir ningún artículo que tratara el tema que nos ocupa actualmente en España y a nivel internacional.
 
Podría escribir sobre esto ríos de tinta, pero como sé que nadie aguantaría hasta el final, voy a explicar en este artículo de forma somera qué es eso de la crisis económica y lo que para mí supone en el presente y en el futuro desde mi vivencia personal.
 
Todo comenzó cuando en tiempos de "Oropesa, ciudad de especualación", el entonces Presidente de Gobierno, José María Aznar, una versión friki-pija del Hitler moderno, gobernaba el país. Eran tiempos en los que cualquier pringado sin nisiquiera el título de la ESO, pos eso....podía levantarse 200 papeles al mes, tunear su carraco, pagar las rondas y la farlopa a sus colegas y llevarse a la piva en la motaco. Algunos, "más refinados" recibían llamadas de los bancos sugiriendo no, instando y hasta obligando a aceptar un crédito el cual todos estos personajillos de serie B de la España cañi aprovechaban para pagarse unas vacaciones en el caribe.
 
En el boom de la construcción, tiempos en los que se construía allí hasta donde alcanzaba la vista, todos querían irse a vivir con sus chonis a base de préstamos con los que las entidades bancarias fueron haciendo negocio vendiéndose a otras instituciones bancarias y estas otras, a otras terceras, cuartas y quintas instituciones bancarias "around the world" en forma de hipotecas basura disfrazadas de productos financieros chulos, aunque sólo fuera por lo sugerente de su nombre ("Surprime").
 
El precio de las viviendas subió a lo loco y miles de franquicias de "Tecnocasa" invadían los barrios. Los gobiernos estaban encantados con todo esto y, aún conscientes de que aquello reventaría, ni el tito JoseMari, ni ZP Mr. Bean acabaron con toda esa mierda, puesto que...¡Cómo iban a traicionar a sus colegas! Esos con los que fumaban habanos en los despachos y cuyos congéneres se enzarpaban de farlopa y se tiraban a las mejores putas*.
 
Pero todo lo que subre, baja...Y le tocó al tito ZP comerse la mierda. Coincidió con una historieta que surgió en EEUU y el dios de ébano, el Presidente Obama que, un buen día, hizo que se anunciara por la tv que estában hechos una pena y que, como consecuencia, el resto del mundo también lo estábamos.
 
Lo cierto es que no es todo el mundo. Se trata de una crisis económica de una serie de paises punteros que han hecho del consumo su forma de vida y que, como en el caso de España, vivieron por encima de sus posibilidades. Pregúntesele si no al bakala de turno del coche tontuneado que, sin ningún estudio, se forró en tiempos y ahora tiene que pagar la tontipoteca. Por cierto, señalar que en aquella época de esplendor, quienes ya teníamos una carrera, no encontrábamos curro ni a la de tres. Es cuando se puso de moda aquello de que estudiar no servía para nada (y años después, sigue sin valer para nada....).
 
Por otro lado, se trata de una crisis social y de valores. No es una crisis económica: Nos lo han vendido así, porque desde la perspectiva de las putas y la farlopa de la clase política, ha llegado a ser un coste dificil de mantener. Es una crisis fundada por el egoismo humano (véase la entrada correspondiente en este blog). Es una crisis de cuatro poderosos, a los que nosotros mismos les hemos dado el poder, aferrados en emplear la táctica "halcón-paloma", es decir, en asociarse, en no romper los lazos de unión con nuestros verdaderos gobernantes, los mercados, antes nacionales y después internacionales encarnados en una señora gorda mazo fea y que, por lo menos, sabe ir ella sola a hacer la compra; esa señora se llama Angela Merkel.
 
Los mercados son las empresas multinacionales y los bancos, además de personas influyentes. Como quiera que no hay una carrera profesional de político, cualquiera de los coleguitas que ocupa un puesto de relevancia dentro de los mercados, puese llegar a ser Ministro de Economía, por ejemplo. Esto es algo que resulta contradictorio cuando a los funcionarios, esos grandes conejillos de indias, esas cabezas de turco, no pueden por ley dedicarse a otra cosa más que a su función pública, no pueden buscarse un trabajo en el sector privado (son las famosas "incompatibilidades").
 
La inutilidad del Partido Socialista "Obrero" Español (PSOE) y de su lider, Mr. Bean, dejaron al país en la ruina tras haber derrochado millonadas en los tiempos de bonanza. Las ayudas sociales llegaban a colectivos de personas que se aprovecharon de la coyuntura. La inmigración incipiente en tiempos del friki-pijo-Hitler, aumentó en tiempos zapateros favoreciendo la mano de obra barata y segregación en el sistema de ayudas propiciando además y, junto con los cambios del modelo social producidos en los últimos años y las desastrosas leyes educativas (LOGSE, LOE), que el sistema educativo petara y alcanzara cotas record de ignorancia y fracaso escolar.
 
Pero como no hay mal que por bien no venga, de algún modo interesaba perpetuar este sistema educativo anacrónico que tenemos a nivel mundial ya que, al menos en España, es seguro que los borregos que salían de la cadena de montaje de ese sistema, fueran todos sin rechistar al matadero drogados y anestesiados con una sustancia opiacea denominada "futbol" y otras drogas visuales tipo "Salvame Deluxe".
 
Efectivamente, los medios de comunicación enmudecen y se continúa con la manipulación informativa ya iniciada por el tito JoseMari en tiempos de la CCOO potenciando cada vez más el encarnizado debate, la eterna dicotomía izquierdas-derechas: Surgen medios de comunicación de extrema derecha tipo Inter-Economía o Libertad Digital, así como emergen grupos mediáticos izquierdones estilo La Sexta.
 
Bajo el viejo y sibilino lema de "divide y vencerás" cuyo máxima representante fue la dictadora Esperanza Aguirre equiparando en plena crisis económica al funcionariado, mayor exponenete de nuestro sector público, con el sector privado.
 
De hecho, derivada de esa política de divide y vencerás de la susodicha marquesa-fascista de la Comunidad de Madrid, lanzadera de las políticas nacionales del hoy presidente, un gangoso gallego llamado Mariano Rajoy, se pone de pantalla a los funcionarios de España como causantes de la crisis económica y se hace ver a la gente qué ocupan una posición de privilegio en la sociedad, no como el resto de los trabajadores quienes...¡Ya les gustarían tener las condiciones de algunos funcionarios!
 
 
 
 
 
 

Esto encabrona a los susodichos, especialmente a los profesores, algunos cuales salen a la calle vestidos con camisetas verdes y a los que se cataloga de izquierdones, dentro de esa alimentada dicotomía izquierdas-derechas, y se les folla literalmente con polla de plástico estilo sado bajándoles el sueldo, tanto a ellos, como al resto de sus "colegas" funcionarios.
 
Esa es una de las principales "medidas" que adoptan los dos últimos gobiernos de España "aconsejados" por los mercados, cuya portavoz sigue siendo la gordinflona del supermercado aleman. Dichos gobiernos comienzan a jugar a ser brokers y, como si del Monopoly se tratara, empiezan a mover fichas con un sólo objetivo: Ahorrar de debajo de las piedras sin perder ni un ápice de su poder adquisitivo, en forma de putas y farlopa y otros menesteres, tanto ellos como sus coleguitas que, como quiera que se va acogotando a la clase media, van siendo más y más...Cada vez son más los que entran al club de los que quieren salvar su culo en detrimento de la otra parte, una clase baja que va acrecentándose.
 
 
 
 
 
 
Mientras todas estas medidas absurdas, aceleradas por el gobierno del gallego gangoso, quién confiesa que sólo lee el Marca y, de vez en cuando, se pasa a ver a la selección en alguna final a ver si subiéndose al exitoso carro de "La Roja", consigue de una puta vez que le quieran en España y bata el record de 3,5 en la valoración de las encuestas...Bueno, pues mientras todo eso, a saber: Subirle el precio de las medicinas a los viejos (es una buena medida para luchar contra la "superpoblación", bajar las pensiones, retirar ayudas, nula inversión en medidas sociales...), aparte de todo eso, como digo, medio mundo se empieza a descojonar de nosotros: La presidenta de Argentina nos da porculea con Repsol-YPF, Obama se cabrea y nos echa la regañina, Merkel visita a España para darle un azote al gangoso, se rien de nosotros porque nuestro Rey, a todo esto, se va a matar elefantes a Bostwana mientras su yerno se apunta al carro de llevarselo calentito y el hijo de la infanta se pega un puto tiro en el pie cazando....en fin.
 
Pero con un sistema educativo trasnochado y que perpetua esta sociedad adormecida, con los medios de comunicación maniatados y silenciados y con los mercados al lado de los gobiernos...Se empecinan en seguir midiendo la vida en dividendos aún estando el modelo capitalista, que hace del consumo nuestra forma de vida, en un incipiente declive, un viejo modelo que trata de ser reinventado sin inventar nada nuevo. A todo esto, mayor contaminación, desgracias naturales...El planeta se muere, pero eso a nadie le interesa.
 
Un grupo de niños traviesillos, encabronados ya con la situación política de su país, salen a la calle un 15M para gritar a los cuatro vientos lo que todos ven, pero nadie se atreve a decir, víctimas del miedo y la incertidumbre: Que aquello no era una democrácia real. Yo aún digo más...No sólo no es democrácia, si no que, con todo lo expuesto, se parece bastante a una dictadura encubierta.
 
Aquel movimiento tiene auge en un determinado momento, pero acaba derivando, dentro de esa dicotomía izquierdas-derechas que la clase política sigue emperrada en seguir alimentando en pleno s.XXI, en un grupo de perroflautas de extrema izquierda que, dentro de su escaso poder de convocatoria, a través de movidas hippie-raras tipo asambleas en los barrios, tratan de cambiar el mundo.
 
A pesar de ello, se les ve como una amenaza, y el gobierno de Rajoy, cuya lanzadera seguía siendo el gabinete de Esperanza Aguirre, impulsa medidas legales para acotar el derecho a manifestación.
 
Su muestra acaba siendo el 25S cuando lanzan a la calle a 1600 perros de presa bien adiestrados y con ganas de dar hostias: Los antidisturbios, para evitar que un grupo de ciudadanos amenace la seguridad en el congreso.
 
Tras lo leído y lo visto a través de las imágenes, no me hace falta consultar a nadie, puesto que como experto en seguridad que soy, digo a la claras que dichos manifestantes no supusieron un riesgo real para la integridad física de los diputados, acaso a lo sumo (que ya bastante grave es) para acometer actos vandálicos y destrozos en el mobiliario urbano, uno de los riesgos que menos impacto que tienen a la hora de atentar contra la seguridad. Hecho este análisis de riesgos, las medidas que se adoptan son, bien cubiertos los números de placa, perseguir hasta un lugar público como es la propia estación de tren de Atocha, a cuatro perroflautas a base de disparar bolas de goma con las escopetas y dar de hostias a algún que otro viajero por error. ¿No nos recuerdan esas imágenes acaso a cuando nuestro padres o nuestro abuelos corrían delante de los grises?
 
 
 
 

Las medidas económicas de ahorro de los gobiernos no van a surtir efecto hasta bien pasados unos años y, en el caso de España, país que tiene que superar, no sólo la crisis económica mundial, si no la crisis inmobiliaria interna con la que ha coincidido en todo este tiempo, tardará mucho más ya que no se está impulsando ninguna medida de ingreso.
 
Para entendernos: Imagínate que llega el padre de familia una noche con la cara roja y cabreado a casa vociferando y diciendo que eso no puede seguir así, que hay que ahorrar, porque la familia está gastando mucho dinero y no se lo pueden seguir permitiendo. Todos, salvo el padre que no llega ni a los mil euros, están en el paro. Papa oso se pone a recortar gastos de todos los lados y llega un momento en el que tienen que tener hasta la televisión apagada para no consumir mucha luz, entonces "La Vane" su hija, la típica choni rebelde, le dice que es un nazi, que quiere ver el concierto de Los Rebujitos que echan en los 40. El padre discute con ella y la acaba soltando una hostia en la cara...La niña se va llorando a su habitación gritándole "Eres un naziiii. Búscate otro trabajo y déjanos en paz!!!".
 
 
 
 
¿Acaso le falta razón a La Vane? Si con medidas de ahorro no se consigue paliar la crisis de la economía doméstica de esa familia, ¿No debería el padre buscar otras fuentes de ingreso? ¿No deberían buscarse él o su mujer otro trabajo?
 
Sólo con ahorro no se llega a cumplir "los compromisos" de los que ellos hablan (me hace gracia el hecho de adquirir un compromiso con un país que te tripla la riqueza y la población activa) y, si lo hacen, lo harán pasadas décadas de tener bregada a la gente, de crear sufrimiento y desigualdad. Con estas medidas sólo las clases más bajas son las perjudicadas, ya que sin tocar las putas y la farlopa de sus señorías y de los mercados, no se llega y, si además, no se toman las medidas para que todos nos podamos costear las putas y la farlopa, pues entonces la crisis seguirá.
 
Y si en todo ese proceso, aumenta el club de amigotes que fuman habanos y se minan a las otras clases sociales hasta hacer desaparecer la clase media, se perpetuan en el poder, ya que los borregos, bien por ignorancia, bien por miedo o bien porque psicológicamente hayan reventado, no podrán hacer nada para evitarlo.
 
Pero como quiera que existen personas capaces de escribir algo como esto y de difundirlo a través de las redes sociales, quienes fueron las que han originado los movimientos de protesta que a nivel mundial se han ido generando a lo largo de estos últimos años, sólo se necesita a personas con cojones que, levantando a las masas, sean capaces de organizar de forma inteligente lo que tiene que ser el inevitable cambio social que nos lleve a terminar con esta falsa democrácia.
 
Se venció al fascismo ya una vez en el pasado, se puede volver a vencerlo. España no es una democrácia, España es un fascismo encubierto.
 
Así que borregos de toda España, chonis, curritos, hipotecados, funcionarios, intelectuales (esos son los que saben escribir cuatro lineas), lloricas, anestesiados, futboleros...¡Todos a levantar España! Ellos son los únicos causantes de la crisis y nosotros los que se lo permitimos, lo cual nos convierte en sus cómplices.
 
Hace años hubo un loco que terminó con JFK en los Estados Unidos de América, no me cabe duda de que en España algo así podría llegar a pasar. Antes de reventar, antes de que todo se salga de madre más...¡Acabemos con esto!
 
Y que yo pueda contarlo en el gatonocturno. That´s all, my friends!
 
 
 
 
 
 
 
 * Sirva la metáfora "putas y farlopa de sus señorías" para denominar el conunto de gastos inútiles de las administraciones, pero también eso...¡Las putas y la farlopa! Viciosooooos!