lunes, 13 de agosto de 2012

LOS PIJOS

El diccionario de la R.A.E define el término "pijo" como: "Dicho de una persona que en su vestuario, modales, lenguaje, etc., manifiesta gustos propios de una clase social acomodada".

Sin embargo, el término "pijo" es utilizado en el habla coloquial con una asiduidad tal que, al final, hemos extrapolado el vocablo a todo aquel que, por decirlo así, tiene pasta y que además se le nota, no siempre a la legua, pero se le nota.

En fin, que en este artículo, definitivamente, vamos a hablar de los pijos. Y he querido escribir sobre ello porque mi relación con los pijos ha sido o es, cuanto menos, truculenta, minimalista, pero truculenta. El misterio queda en saber si es cosa mía o cosa de ellos, yo creo que es, sencillamente, una cuestión no sólo de clase social, tal como nos definía antes nuestro querido diccionario, también de contexto, de educación funcional.

Empezaba diciendo hace un momento que hoy en día, en especial la gente joven, niños o adolescentes de manera singular, llaman "pijo" o "pija" generalmente para ofender o hablar despectivamente de alguien. Resulta sorprendente como la palabrita de marras maravilla cuando se trata de, precisamente eso, joder a alguien y por joder, se emplea de forma, a veces, exagerada. Para muestra, un botón: Recuerdo que una de mis alumnas de una de las clases que tuve, hablando de otra de las niñas del grupo, decía de ella que es que era una pija. Me hizo gracia porque lo estaba diciendo una niña de un colegio público de una barriada de clase baja (a lo sumo medio-baja) al sur de la gran ciudad, el barrio con mayor índice de desempleo, inmigración, de menor renta...Me hizo gracia, sencillamente.

De forma generalizada nosotros entendemos que los pijos son algo parecido a lo que aparece en esta foto cuyos retratados, espero, no estén leyendo este artículo, puesto que dichas fotos fueron recibidas a través de e mail en mi ordenador hace ya unos años bajo el título "Los Borjamaris de Pachá" y realmente no tengo el gusto de conocer a los susodichos pijos.

 








 
Como una imagen vale más que mil palabras, es esto es lo que entendemos por un pijo, niño de papá, borjamari o como lo queramos llamar. Es decir, características generales de los típicos pijos serían: Hijos de una familia de clase alta o medio alta, padre (y a veces también madre) con puestazo, normalmente empresario, médico, abogado, ingeniero y demás (no creo que yo, pese a que me gustaría, llegue a ser pijo en mi vida), aspecto físico e indumentaria atemporal en plan camisa, pantalones de pinzas, zapatos, filetazo, careto afilado con rasgos que indican superioridad...Lenguaje remilgado (famosas son las muletillas "osea"), estudios superiores (normalmente los mismos que el padre) y un largo, largo etcétera.

Otras características de los pijos que podrían enumerarse serían las siguientes:

- Normalmete de ideología política de derechas, e incluso, de ultra-derecha:

Este rasgo parece ir al alza en tiempos de crisis económica, con un arduo afán por parte del partido pijo por excelencia en España, el Partido Popular, de terminar con la clase social media en el país, al estilo, poco más o menos, de lo que tenemos en Grecia: Gente muy rica y gente muy pobre.

La explicación es muy sencilla y muy clara. En un sistema capitalista en donde lo que importan son los dividendos y no las personas, una maquinaria engrasada por las multinacionales y cuyos directivos (aunque no necesariamente de las multinacionales, pudieramos referirnos a cualquier otro puestazo) son los lacayos de perpetuar ese sistema, no ya sólo económico, si no también social, con el beneplácito de bancos y gobiernos. A estas personas adineradas, máximo exponente de la mayor enfermedad que presenta nuestro actual mundo: El egoismo, les interesa mantener su estatus llevando a su vida su política de empresa, su política de dividendos versus personas.

Traducido: Cuando hables con un pijo de política, vas a enfrentarte a un pepero de libro que tratará de magnificar la excelencia de una vida cuya felicidad máxima se halla,precisamente en eso, en los dividendos y no en las personas. Te sacará de quicio y además discutirá contigo convencido de lo que dice, porque otro de los rasgos de estas personas es que...

- Son ambiciosos, nunca pierden: Son personas cuya ambición se basa en lo material. Su cargo directivo o, en el caso de sus hijos, su condición de hijo de...se edifica en torno a la idea de llevar fuera del despacho su cargo a la propia vida, lo cual les podría llevar a problemas en la mezcla con la plebe, si no fuera porque ellos pertenecen a la...

- Clase VIP: Hoy en discotecas, restaurantes, teatros, estadios deportivos, eventos e incluso insituciones públicas, hay lugares especialmente reservados para las personas de alta alcurnia, para los pijos. Muchos lo ven como negocio, yo lo veo como una forma de engordar las diferencias sociales entre personas, aunque esto no es nada si partimos de la idea de que vivimos en un país con Rey (y sus privilegios) y con muchos altos cargos en la Cámara de Gobierno (y sus privilegios).

Retomando lo anterior, cuando el pijo tiene un problema en un lugar más o menos público, puede ser un aeropuerto, una tienda de un centro comercial o sea donde sea, el primero que va a montar el pollo es él, lo va a hacer muy finamente, pero el pollo lo va a montar, muy despectivamente y llevando sus galones de mando desde la oficina (o su condición de hijo de...), desde el despacho hasta ese lugar...

- Vida de lujo: Como son personas de clase VIP, no se mezclan con la plebe, por tanto, tienen sus propios barrios, sus propias urbanizaciones con piscina, sus propios coches (cochazos), sus propios deportes (golf, padel, etc.), sus propios vecinos (semejantes en condición), sus propios bancos, sus propios centros comerciales o tiendas, sus propias criadas (asistentas, que queda mejor). Esa vida de lujo ha llevado, en el mayor de los casos, a grandes fraudes financieros. Los pijos son los padres de la economía sumergida, no tanto el fontanero de turno que te hace la chapucilla, que también.

- Buena educación: Si bien su inteligencia social está bajo mínimos cuando se trata de relacionarse con alguien que no sea de su propia estirpe, son personas con estudios y, chico, no siempre es así, hay mucho pijo gilipollas, pero la mayoría suelen ser educados o, al menos, utilizan un registro elaborado. En ese sentido, es de agradecer que los pijos mantengan todavía un uso, más o menos, correcto del lenguaje (aunque cuando intentan hacerse los enrollados, son patéticos), cosa que creo francamente que se ha perdido en la clase media, no digamos ya en la clase social baja.

Sus conversaciones suelen ser, lo que yo llamo, conversaciones de neutros, es decir, o bien conversaciones en torno a los negocios, el trabajo, los estudios o bien de trivialidades, aunque últimamente se aboga mucho por temas políticos. Hay temas que, incluso, son tabues para ellos. Precisamente por ello...

- Los pijos se relacionan sólo con los pijos: Y esta es la gran verdad. Los pijos con los pijos. Ellos mismos, la sociedad misma, hace que los pijos puedan vivir al margen de la plebe, pero es que ellos, cuando están en esos lugares, más o menos públicos, son los primeros que se buscan entre ellos ,como los borjamaris de Pachá. Es muy dificil entablar una amistad con un pijo si no eres pijo, es muy dificil enrollarte con una pija, si no eres pijo y, mucho más, es muy dificil tener una relación de pareja con una pija, máxime si en algún momento te sale tu deje de barrio o tocas alguno de sus temas tabues.

Anotación: Curiosamente no es tan dificil tener sexo con una pija.

- Los pijos tienen su vida diseñada: Eso es, los pijos siempre tienen un proyecto. La vida, para ellos, está totalmente marcada por metas y objetivos. Cuando a un pijo se le rompen los esquemas, no sabe reaccionar. Un pijo intentará por todos los medios que se lo resuelva papá y, si eso falla, engañará a papá y buscará una alternativa (de pago o no) y si esto también falla, se sentirá perdido...

- Los padres de los niños pijos suelen ser muy sobreprotectores o muy estrictos: Como la vida pija está prediseñada, ellos siguen pensando que un buen empleo pasa por tener muchos estudios. Y sí, otra cosa buena de los pijos es que suelen ser mucho mejores estudiantes que los plebeyos. No consiste tanto en que el colegio trilingüe de La Moraleja sea mejor que cualquier público, pasa lo mismo que con la sanidad, suele ser al contrario, pero aquello a lo único a lo que se puede apelar en un sistema educativo anacrónico como es el nuestro, que es al esfuerzo, es a lo que recurre el niño que tiene bien inculcado que los estudios son la llave para ser como su padre y tener un buen puesto (aunque en el mundo pijo es bien sabido que se lleva mucho lo de ser un enchufado de papá). Si esto no se cumple, los padres ya se encargan de poner los medios (academias, profesores particulares...) para que no fracasen en lo cognitivo, que probablemente si en lo social y lo emocional cuando se tiene unos padres muy estrictos o, por el contrario, muy sobreprotectores.

Y es que, si seguís mi blog, ya sabeís que en el equilibrio está el secreto de una buena educación.

- Los problemas de los pijos son los mismos que los de los plebeyos: Salvo en lo económico, que ya es una gran diferencia, puesto que el dinero es el motor y la vía de acceso a la mayoría de las cosas, los pijos no son más felices y hay estudios científicos que asi lo demuestran (no sobre los pijos, pero sí sobre el dinero como factor de la felicidad humana).

Los problemas de los pijos vienen derivados de su falta de inteligencia social y emocional en muchos de los casos. Los pijos, igual que decía el título de aquella serie ("Los Ricos también Lloran"), sufren de soledad, sufren de desamor, sufren de estrés (la reina de las enfermedades),tienen problemas familiares, son drogadictos...


Bien, hasta aquí algunas de las características generales y específicas de los pijos.

Pero quiero llamar la atención ahora sobre lo que para mí es un pijo: Mi concepto de pijo no es ni tan extenso como el que la gente utiliza en ocaciones, ni tan restringido como el de un hijo de millonario.

Para mí no se puede ser pijo si no se tiene un papi con pasta, ahora bien, no siempre ha de ser rico, no siempre tiene porque ser de clase alta, puede ser, incluso, hasta de clase media.

Y es que, lejos de la lucha de clases sociales, apartándonos de esa primera definición del diccionario de la Real Academia, entiendo que un pijo, siendo este un adjetivo calificativo despectivo, siempre se va a avergonzar de ser pijo. Es dificil de explicar, es como negar que se es votante del Partido Popular o negar que ves los programas del corazón, cuando todo el mundo sabe que una mayoría vota al pajarito o se ve el "Salvame Deluxe", es esa especie de mentirijilla piadosa (que mira tú la puta gracia con la mentirijilla....).

Hay muchos pijos que niegan serlo. Existe una gran masa de pijos que, alejados de los estereotipos de filetazo y camisa Ralph Lauren, niegan ser de la estirpe y, probablemente, no sean "pijos puros", quizás sean mestizaje, lo cierto es que cumplen todas (o casi todas) las características anteriormente mencionadas en mayor o en menor medida. Son, si se prefiere llamarlos asi, como "neo pijos", "nuevos ricos" o, finalmente, como a mí me gusta llamarlos, "pijos pobres".

A estos, si bien es más dificil pillarles por las pintas, se les pilla tan sólo con conocerles un poquito. De ahí, que haya pijos con pintas de perroflauta y cuyo padre es directivo de la Mercedes (sí, los de los coches), pijos que no sean peperos, si no sociatas o que vayan de progres por la vida (cosa que no me parece mal, aunque contradictorio en el fondo y la forma), pijos que pretenden ir de guay para mezclarse con la plebe y que, en la mayoría de las ocasiones, acaban delatándose con los suyos (no salgaís nunca de fiesta con un pijo, por favor, a no ser que lo hagaís únicamente como experiemento sociológico).

Esos son los pijos más patéticos porque, en el fondo, tienen la tara social, emocional e incluso, a veces, la cognitiva. Por cierto, estos pijos pobres no sé que tendrán que son los primeros en ser unos agarraos!!! (eso no ocurre en el bar de tapas de los colegas del barrio).

Tengo serias dificultades para relacionarme con ellos pero, y en honor a la verdad, pienso que los pijos tienen sus cosas buenas y sus cosas malas. Es cierto que, sobre el papel y tras lo leído, pudiera dar la impresión de que no me molan un cacho y es cierto; hubo una época de mi vida en la que no podía ni verlos y sí, sí es cierto que no cuajo con ellos, por A o por B, pero no cuajo. Sin embargo hay que saber ensalzar sus cosas buenas y decir que hay pijos maravillosos, hay gente que no es clasista, que no tiene planificada su vida, que no tiene que forzar para relacionarse con nosotros, los de a pie. Serán redichos, su lenguaje será el de oficinistas tontos, pero prefiero en ese sentido a alguien educado que a un maki del tres al cuarto con quien no se pueda cruzar dos palabras ni tener una conversación mínimamente inteligente. Al César, lo que es del César...

Tengo algún que otro amigo pijin y, lejos de avergonzarme, he de decir que son excelentes personas. No obstante, he tenido una novia pija (de esas que yo os decía que lo negaba y trataba de ir patéticamente de guay con la plebe) y no funcionó (game over). Al final, como vemos, es algo que va en la persona, no va en la condición social si bien la sociedad, el contexto en el que cada uno de nosotros nos movemos genera dentro del micro, el meso y el macro espacio una educación funcional que forja personalidades semejantes al arquetipo de pijo cuyo lienzo aquí hemos pintado con las palabras.







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