viernes, 24 de junio de 2016

LA "NEW WAVE" DE LA EDUCACIÓN



Tenía muchas ganas de escribir este artículo, pero poco tiempo para poder sentarme y desmenuzar la actual "corriente" renovadora que parece inundar las redes sociales de "fórmulas mágicas" e ideas "renovadoras" necesarias para salvar la educación en nuestro país.

En las siguientes líneas vamos a darle alas a esas ideas, pero también a desenterrar los falsos mitos que están empezando a erigirse y que gente ajena a este mundo profesional tratan de espolear en pro de su implementación en los centros docentes.

Primera idea que nos debe quedar clara, pilar de mi exposición de hoy: En educación NO existen ni las recetas mágicas ni las fórmulas magistrales. Hemos hablado ya muchas veces en este blog de que no es una ciencia exacta y que, ni siquiera en sí, es una ciencia sino más bien un campo cuyas fuentes del curriculum la han nutrido de una estructura muy débil siempre al servicio de lo que han edificado sobre ella la sociedad y el mundo de la política.

Segunda idea que debe quedar clara: Como en educación no existe la varita mágica, los radicalismos o las ideas de un extremo o del otro son inútiles. Lo curioso además es que los que suelen defender esas nuevas ideas aparentemente revolucionarias en educación son personas o ajenas a la educación o profesionales que, aún dedicándose a alguna de las ciencias que se entrelazan para dar de beber al curriculum (las denominadas "fuentes del currículum", como la pedagogía, la psicología o la sociología), son profesionales que rara vez han pisado un aula si no ha sido para llevar a cabo una investigación, un proyecto o un programa de manera puntual. Son los mismos que se sientan delante de los ya maestros o de los futuros maestros a decirles cómo deben hacer las cosas sin que ellos hayan pisado antes la arena en el día a día de un largo curso escolar como maestro de Infantil, Primaria o profesor de Educación Secundaria/Bachillerato.
Y de aquellas personas ajenas a la educación que se lanzan a opinar sobre la labor del docente habiendo escuchado cantos de sirena o habiendo leído mucha literatura sobre la materia (literatura escrita por los profesionales anteriormente mencionados), mejor ni hablamos.


En resumen: Instalarse en uno de los dos polos, el de la vieja escuela o el de la escuela nueva (por cierto, la Escuela Nueva es un movimiento pedagógico ya muy viejo, investiguen sobre ello) es manifestar claramente que no se tiene ni idea de por donde van los tiros en esta película del oeste en la que, no sé por qué, los que reciben el primer tiro son siempre los maestros (o sí sé por qué...quizás porque somos los tontos de turno que estamos ahí siempre en medio).

A lo mejor es ahí donde hay que estar...en el medio. ¿Por qué desdeñamos cosas de la vieja escuela que siguen funcionando hoy en día y ensalzamos cosas de la "escuela nueva" que ni siquiera han sido probadas ni testadas  de forma generalizada en los sistemas educativos como para saber si funcionan o no de modo concluyente.


Tercera cuestión a tener en cuenta: Si tanto hay que cambiar en la educación que reciben los niños y niñas del siglo XXI, ¿por qué no refundar la escuela? ¿Por qué ese empeño en ponerle retales o coser los rotos de un sistema que evidentemente se ha quedado anticuado? El sistema que indirectamente estamos proponiendo colgando post, recortes de prensa, opiniones de los grandes "expertos" (ajenos al día a día en las aulas)...es un sistema que requeriría el cambio total de paradigma educativo, en definitiva, la refundación de la escuela. ¿Por qué seguimos empeñados en el retal y en el cambio en las formas de hacer de los profesores si lo que estamos reclamando, sin saberlo, es refundar la escuela? ¿es acaso miedo al cambio?

Y ahora, tras estas consideraciones previas, nos vamos a meter de lleno en el terreno de lo práctico. A continuación voy a hacer un recorrido sobre aquellos debates más controvertidos en materia de educación, al menos en lo que concierne a la práctica diaria en los colegios, que enfrentan a esa "vieja escuela" (old school) con esa aparente "nueva ola" (new wave) de la que muchos padres se empapan y no saben ni por qué, veamos.

Y como ya dije que me considero en el medio de toda esta polémica (en el medio dicen que está la virtud), mostraré seguidamente mis argumentos a favor del sí y mis argumentos a favor del no. Y lo más importante: Lo voy a hacer considerando el sistema educativo ACTUAL. Mientras no queramos refundar la escuela, cambiar de arriba abajo nuestro sistema educativo (y no precisamente con nuevas leyes absurdas que se quedan en el debate de cómo vamos a pintar el techo de la casa sin antes tocar los cimientos de la misma). Mientras no abordemos ese debate, que es el real, hablaremos de los retales. Hablemos de retales entonces, de por qué se puede hacer o no se puede hacer tomando en cuenta la praxis diaria de quien está en el aula con los alumnos todos los días, el maestro:

DISCIPLINA: 

porque una de las cuestiones que habría que afrontar antes de modificar un sistema educativo sería ver si queremos seguir teniendo un sistema cuya función sea la de socializar o no. A día de hoy esta parece ser una de sus funciones principales y como quiera que además sigue focalizado en la transmisión y memorización de conceptos, no es de por sí motivador, aunque el maestro haga el pino-puente y sus clases se conviertan en un show. Al final, o dejamos de lado el curriculum y las pruebas externas, que me cuentan por ahí que es ilegal, o si lo hacemos, es incompatible con un sistema motivador en el aula. Cuando los niños se aburren, molestan. Cuando los niños tienen problemas en casa, los traen al aula. Cuando a un niño lo han hecho hiperactivo (yo ya dudo que los niños nazcan hiperactivos), trae su problemática al aula. Cuando en un grupo social hay unas normas, el grupo tiende a romperlas. Entonces es cuando deben entrar en juego los líderes y en este sistema actual (si no os gusta, por favor, ayudadme a refundar la escuela) el lider es el maestro y el que impone las consecuencias que tiene el incumplimiento de las expectativas es el maestro. Y en un sistema que pretende socializar, el maestro es el patrón de la futura fábrica o el jefazo en la oficina.

Y como se puede intuir a mí no me gusta ese tipo de líder. En mi sistema educativo actual yo apostaría por un coach, pero no necesariamente en el sentido de pseudopsicólogo, sino en el sentido de entrenador. Un entrenador debe ser un experto que motiva, pero que crea una mentalidad de equipo, que guía en el estudio, porque en su día estudió,  pero que también sanciona cuando no se cumplen las expectativas en sus jugadores, en sus estudiantes en este caso. Eso nos lleva al siguiente punto:

CASTIGO:

En este sistema actual sí por varias razones: Porque existe un líder (el maestro), unas normas, una régimen disciplinario en el centro, unas expectativas y unas consecuencias. Ante todo, porque en la vida tu jefe te va a castigar (en el mundo laboral se llama sancionar) si llegar una semana tarde a trabajar o si no sacas adelante tu trabajo. ¿Verdaderamente queréis que esta sea la función de la escuela? Mientras sea así, que no lo veo ni bien ni mal, se hace necesario el castigo. Evidentemente lo absurdo es cuando el castigo no va relacionado con la norma incumplida (es como aquel "esta noche sin postre" en casa cuando el problema no ha sucedido en la mesa).

Se habla mucho en los colegios de los "castigos generales" y lo injustos que son para los niños que "no estaban haciendo nada". Bien, el maestro debe mirar por el grupo primero y por las individualidades después (lo contrario es caer en el error de la imposible "individualización de la enseñanza" que obviamente no es factible con los recursos actuales). Si el clima del grupo impide el normal desarrollo de la clase, las consecuencias son para todos. A partir de ahí generas el concepto de responsabilidad compartida. Muchos le echan en cara al maestro que debe ser él el que mantenga el orden en la clase, pero suelen ser los mismos que critican que el maestro sea líder de la misma. Sobra decir que previamente el maestro tiene que haber trabajado primordialmente por crear todos los días un buen clima de aprendizaje en donde las relaciones entre todos y todas sean afectivas y en donde se respire un clima de tranquilidad, pero también un clima de esfuerzo personal. Por desgracia, a veces aun con esa atmósfera idílica, el aburrimiento en el aula florece, los líderes negativos y la tensión provocada a veces incluso por los factores menos esperados (el mal clima, por ejemplo).

Si el sistema cambiara, a lo mejor la motivación intrínseca además de la extrínseca cambiaría y no daría lugar a tantos castigos pero sinceramente creo que seguirían siendo necesarios hechas las precisiones anteriormente descritas.

LA BUENA COMUNICACIÓN DEL PROFESOR CON LOS ALUMNOS/AS:






SÍ Y NO Aquí soy más defensor del sí que del no. Muchas veces he leído en las redes algunas frases típicas que pueden proyectar sobre el alumno un sentimiento más positivo. Esto está en la línea del famoso "mensajes TÚ-mensajes YO" en el que se trata de volcar las expresiones del "tú" al "yo". Por ejemplo: Mucho mejor si decimos "Yo me siento un poco apenado, porque sé puedes hacer mucho mejor las tareas si te esfuerzas" a decir "Tú nunca traes las tareas bien hechas porque no te esfuerzas". Sinceramente soy defensor de este tipo de comunicación con los niños. Ahora bien, digo también sí, porque como maestro todos sabemos que hay alumnos a los que hay que andar llamando la atención todos los días. Volvemos a lo de antes, haciendo la consideración de que con ese estudiante tendremos que tratar de atajar el problema en la medida de nuestras posibilidades (y en este punto aprovecho a decir que, por desgracia, lo que sucede en CASA no está dentro de nuestras competencias). Hechas estas consideraciones, habrá alumnos que por la propia naturaleza del sistema y de su mecánica sigan incumpliendo constantemente la norma y creo en este punto que ninguno nos hemos vuelto tontos porque nos hayan dicho TÚ en un momento determinado.

Otra cosa que he observado mucho es la defensa del uso indiscriminado del refuerzo positivo en los niños y si hablamos de eso, ahí debo levantar la voz y decir bien alto que sólo con refuerzo positivo NO llegamos. No es cosa de que si animamos a nuestros alumnos/as a subir una cuesta con una pendiente del 13% dándoles palmaditas en la espalda, repartiéndoles stickers o recompensándoles en todo momento por esforzarse en cumplir con su obligación (este es el enfoque del sistema educativo actual, no me invento nada. Allí se dice que la educación es obligatoria hasta determinada edad). A lo mejor, siguiendo el simil anterior, lo que hay que revisar es si esa pendiente es demasiado dura para niños de esa edad o habría que regular las alturas según cada caso. Quiero decir con esto, que de nada sirve el "good job" el "high five" o las alabanzas cuando no se consiguen hacer las cosas, el "sana sana culito de rana" si el sistema es tan innecesariamente exigente. Creedme, hay muchas cosas que se pueden aprender en el futuro y de otras maneras, no necesariamente a capón.

En mi sistema educativo ideal, es evidente que el TÚ no daría lugar a utilizarse apenas. Por otra parte, yo soy de los que piensa que en el momento en el que en el sistema laboral cambien en determinados países y en determinadas empresas el trato de los líderes (los jefes) con sus empleados, mejorará automáticamente el trato de los líderes en casa (los padres) hacia sus hijos y consecuentemente...todo podría ir más fluido facilitándose así enormemente la tarea.

LOS DEBERES

SÍ Y NO Aquí soy taxativo. Si hablamos de deberes sí o deberes no en el actual sistema educativo, mi respuesta es tajante...SÍ. Si cambiamos el sistema y su enfoque hacia el llamado "constructivismo" (uno real, no de esos de pasillo o de conferencia) entonces a lo mejor no son necesarios. 


A día de hoy creo que los beneficios de los deberes o tareas escolares son muchos. Por otro lado, a aquellas corrientes de padres que deseñan los deberes y son defensores de su supresión habría que hacerles reflexionar sobre el hecho de si van a estar en casa con sus hijos o los van a mantener activos sacando provecho de su tiempo libre (no necesariamente con mil actividades extraescolares, simplemente estando con ellos, jugando con ellos o ayudándolos a socializarse con otras personas). Si no es así, yo prefiero a un niño aprendiendo a ser autosuficiente poco a poco y a resolver sus propios problemas a un niño dejado de la mano de Dios sin nada que hacer por las tardes.

Francamente, creo que en el sistema educativo actual no habría que eliminar los deberes, pero sí que habría que regularlos. Creo que estaría bien que fuese habiendo una progresión en cuanto al tiempo a dedicar a las tareas escolares en consonancia con la edad (de menos a más) y procurando no superar un determinado tiempo (más o menos, luego ya sabemos lo que pasa con esos alumnos cuyos padres dicen que se tiró hasta las nueve de la noche haciendo deberes). Lo difícil aquí sería evitar que los maestros no centraran, como muchos hacen, sus clases en hacer deberes y explicar en común pocas cosas. Esto se debería o se debe a la infumable cantidad de contenidos a aprender, que hace que el maestro tenga que avanzar en el curriculum (desgraciadamente para muchos, "terminar el libro").

Otra cosa importante a tener en cuenta es la calidad con la que se hacen los deberes, puesto que en los últimos años yo mismo he observado un progresivo deterioro de la misma. Evidentemente si son excesivos o si la "agenda" del niño es excesiva (bien por la cantidad de deberes o bien por la cantidad de actividades extra curriculares), ahí es cuando el cansancio sí hace mella y de ahí las llamadas de atención, las rabietas, el enfrentamiento y la rebeldía con los padres a la hora de no hacer los deberes o de hacerlos de cualquier manera para que no me echen la charla. Sólo digo que si los maestros no cuidamos la cantidad de deberes que ponemos o los padres no miden la cantidad de actividades que sus hijos hacen por las tardes, se produce un deterioro de la calidad con la que se realizan las tareas (en cuanto a las respuestas, la letra, la presentación...). Si ni profesores ni padres le damos importancia a esto y lo único que nos importa es que estén hechas, entonces las tareas escolares sí que no sirven para absolutamente nada.

Por tanto, un sistema educativo que recorte considerablemente la cantidad de contenidos "inútiles" a aprender en Primaria y que dedique más sus clases al desarrollo personal como clave para el desarrollo académico no haría tan necesario ni dependientes a los alumnos/as de las tareas diarias. Es más, creo que donde sí que habría que arrimar el codo sería en darles todas las facilidades del mundo a las familias para fomentar desde casa la lectura. Otra cosa sería el cómo, pues si se percibe como una tarea escolar extra, el niño no querrá leer (somos así).

Y termino ya. Estas son algunas de las principales quejas que se tienen sobre la practica diaria en los colegios por parte de los "expertos" y de los "no expertos". Aquí hemos tratado de dar una visión práctica de por qué estas cosas deberían modificarse o no, pero creo que el punto que ha quedado claro es que cometemos un error en considerar un cambio en la educación a base de retalitos en vez de optar por un cambio radical. El cambio de paradigma educativo no implica romper con todo lo anterior, no tanto con todos los métodos, sino más bien con su enfoque, su filosofía o su función.

Reflexionemos también que nunca podremos construir juntos ese cambio si seguimos culpando a los maestros de esa inmovilidad. Muchos se están sumando a esas ideas de la "escuela nueva" (que ya es muy vieja, todo aquello del trabajo cooperativo y demás) y, por lo tanto, no deben ser percibidos como los enemigos más bien como los grandes aliados. Reflexionemos igualmente sobre el hecho de que la educación viene de casa y que es en la escuela donde se complementa y donde además se debe complementar, puesto que supone un nuevo espacio social para el estudiante. Si muchas veces desde casa, los maestros percibimos que no se están haciendo bien las cosas (otra cosa es que no lo digamos, porque visto lo visto sería el efecto boomerang para nosotros), ¿cómo se puede esperar de nosotros que arreglemos el desaguisado en nuestros alumnos? Esta es la consecuencia de utilizar el doble rasero en la comunidad educativa. Quizás sea este el problema....

¿Queréis cambiar las cosas? En educación hacen falta más propuestas prácticas y menos planteamientos teóricos. Esa es mi postura.



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