domingo, 2 de octubre de 2011

EL BOSQUE OSCURO

He aquí un avance de lo que, de momento, es tan sólo un proyecto. El tiempo, las ganas de escribir, la suerte y, por supuesto, el maldito dinero harán que, tal vez algún día, se convierta o no en una realidad. Este fragmento se titula "El Bosque Oscuro".
 
 
El bosque oscuro.

 
Imagínate que una niña encuentra de noche la puerta de su casa de campo entreabierta; sus padres están viendo la televisión, la niña sale de la casa y, ante los ladridos de su perro, se dirige a buscarlo desviándose hasta un bosque próximo.

La niña se ha perdido en la oscuridad del bosque y sus padres han llamado a la policía, quien, sorprendentemente, contesta diciendo que tienen mejores cosas que hacer y que ya encontrarán una solución.

Mientras tanto, la niña sigue perdida en el bosque oscuro…

Las administraciones educativas se han perdido en su propio bosque. Cualquier ciudadano que vea la televisión, escuche la radio o lea el periódico verá, escuchará o leerá las medidas que en materia de educación se adoptan desde el Ministerio y las diferentes consejerías de educación: Planes de bilingüismo, gratuidad de los libros de texto, ordenadores portátiles para los alumnos de quinto de Primaria, Bachillerato de Excelencia…

Imaginemos ahora la casa de campo dónde esa niña, perdida en el bosque, vive junto a su familia y su fiel perrito. ¿Tendría sentido que, a la hora de construirse esa casa, se hubiera empezado por el tejado? Esta idea nos parece absurda, pero lo cierto es que las administraciones públicas es lo que hacen.

Siempre me quedará la duda de si este tipo de medidas pretenden atajar la situación de fracaso escolar existente en nuestro país o realmente se adoptan simplemente como medidas populistas. Dicho de otro modo: ¿Los políticos no saben de educación o es que saben demasiado acerca de cómo hacer cosas para que parezca que se hace algo? Quizás ambas cosas sean ciertas y la respuesta a esta pregunta sea más sencilla de lo que yo me cuestiono.

Por desmitificar con argumentos alguna de estas medidas, podremos decir, por ejemplo, que:

Se hacen pasar como medidas sociales, puesto que, sin ir más lejos, la gratuidad de los libros de texto supone un ahorro importante para las familias, a costa de un gasto, no menos importante, para el estado o las Comunidades Autónomas, pero…¿Por qué tienen que ser gratuitos los libros de texto?

Los libros de texto, decimos con doble rasero los profesores, son un recurso más, pero lo significativo es que son utilizados por un noventa y tantos por ciento del profesorado, al menos en Educación Primaria, no tanto en Infantil y Secundaria.
Tan sólo es un recurso más, pero verdaderamente yo me atrevería incluso a afirmar que la enseñanza ha quedado en manos del Sr. Anaya, el Sr. SM o la Sra. Santillana.

Los libros de texto son tan empleados que realmente por eso se piden y se compran, algo de lo que ya hablaremos en el capítulo dedicado al Manual del Perfecto Profesor. Libros que, no sólo contienen multitud de errores, si no que además son, en muchas ocasiones, didácticamente mortales.

Por tanto, ¿Gratuidad de los libros de texto o fomentar la investigación y el desarrollo dentro de los propios colegios? Con ello, se me ocurre, las metodologías propias, originales y científicas se impondrían a los dogmas de las editoriales que cada curso académico hacen su particular “agosto” sacando sus nuevas ediciones, más de lo mismo, o bien otro perrito con otro collar.

Los Planes de Bilingüismo son cosa reciente en nuestro sistema. En aquellas comunidades en las que gobierna el PP se han gastado auténticas millonadas en hacer muchos colegios bilingües. La realidad es que, es bien pronto para sacar conclusiones, pero coincidiremos en que el país no está preparado para esto.

Una auténtica inmersión lingüística supone que los alumnos vivencien el idioma. Mientras la publicidad o la televisión, siga emitiéndose en castellano y no en inglés, por ejemplo, las películas o las series. Mientras los padres no se preocupen en facilitar las vías para proporcionar una comunicación bilingüe a sus hijos, y eso probablemente pase porque ellos mismos aprendan primero y empleen después, en el mundo de la empresa, el inglés, parece poco probable que se vaya imponiendo una cultura bilingüe en España.

Se ha metido con calzador el inglés en las escuelas para buscar el típico comentario a la salida de los colegios del estilo: “Mi niña es muy lista, tiene cinco años y ya se sabe todos los colores en inglés”. Lo cierto es que en todo ese proceso, no se ha revisado cómo es la enseñanza de las lenguas extranjeras en nuestro sistema educativo: Sin ir más lejos, en los colegios públicos no suele ser posible dedicarle apenas dos o tres horas semanales al inglés en Educación Infantil, cuando está demostrado por la psicología evolutiva que la mejor edad para aprender una segunda lengua es a partir de los 3 años, algo que saben muy bien desde los colegios privados, que han rentabilizado el aprendizaje de segundas y de hasta terceras lenguas.

Por otro lado, en vez de plantearse la posibilidad de contratar profesores nativos, se ha obligado a los profesores a habilitarse en el idioma de turno para impartir todas las áreas curriculares, salvo Lengua y Matemáticas, en inglés, situación esta kafkiana en un momento en el que los déficits de atención, de vocabulario y de lectura comprensiva en la propia lengua materna condenan al fracaso escolar a muchos escolares.

La famosa habilitación ha supuesto que, a su vez y, en paralelo, se haya preferido contratar a maestros de lengua extranjera como tutores, se les haya facilitado la posibilidad de viajar a estudiar al extranjero para aprender inglés, mientras que a los profesores de Primaria, los generalistas de toda la vida, si han querido aprender inglés, como ha sido mi propio caso, hemos tenido que invertir una fortuna en hacerlo en academias particulares. Lo gracioso de este tema es que a la hora de examinarse para conseguir la susodicha habilitación, se les exige actualmente más a los profesores de inglés que a los que no lo son. Sencillamente dantesco….En eso consisten los planes de bilingüismo.

El tema de los ordenadores portátiles para quinto de Primaria causó en su momento risa. La cuestión de entrada es, ¿Por qué sólo para quinto? ¿En sexto se les quita el portátil? Y lo más importante, ¿Cómo es que en pleno siglo XXI los ordenadores no están ya en las aulas desde 1º hasta 6º de Primaria. Aunque son muchos los interrogantes como también, ¿Se ha dedicado una partida específica para formar a los maestros en nuevas tecnologías y en recursos didácticos multimedia para poder emplear exitosamente estos recursos?

Lo ultimísimo en mi Comunidad Autónoma, y por ello quiero mencionarlo, es el Bachillerato de Excelencia.

Es cierto que se ha dedicado mucho esfuerzo económico en poner a disposición de los chicos con dificultades recursos humanos y programas específicos para atenderlos, aunque posteriormente comentaremos si han estado bien administrados y si han valido para algo o no; Ya iba siendo, por tanto, hora de dedicarse a los alumnos con talento, los que se esfuerzan o los que tienen altas capacidades.

Pero sacarse de la manga ahora un Bachillerato de Excelencia es, en primer lugar, volver a confirmar que en educación, como en todo, el objetivo es el beneficio, pues sólo los niños que consiguen resultados académicos brillantes pueden acceder a este Bachillerato, cuando lo que habría que explicarle a algún político de turno es que, muchas veces, las capacidades de los chavales no sólo se desarrollan memorizando mucho, si no dando oportunidades reales para desplegar todo ese repertorio de capacidades y destrezas, valores y actitudes.

En segundo lugar, el Bachillerato de Excelencia entra en contradicción con el concepto de equidad de la educación, pues, no nos engañemos, este es el Bachillerato de los futuros empresarios. Es segregador como el que más y rompe con la idea de integración y socialización.

Estoy de acuerdo con que se tomen medidas para este tipo de alumnado, pero parece que recoger a los niños brillantes y hacer que se refugien en un edificio a salvo de la ignorancia de los demás, es darle la razón a esos padres que tanto nos repiten en las reuniones generales que “por culpa de unos pocos, el grupo se está retrasando”.

En este bosque oscuro en el que se han metido los políticos cabe destacar también esos Reales Decretos, Decretos, Órdenes Ministeriales o simplemente Instrucciones que se sacan de la manga para maquillar el desastre de las leyes de educación. Estos decretos vienen diciendo que lo que se hacía de una manera, se pasa a hacer de otra, con el trastorno que supone para Equipos Directivos, profesores y, por supuesto, alumnos. Siempre he visto esto como intentar arreglar un viejo aparato de video sin saber de reparaciones abriéndolo, mirándolo, atornillando, desatornillando y, sobre todo, tocando sin saber muy bien lo que se toca y dónde se toca.

En conclusión y, siguiendo con la metáfora, la administración se ha adentrado en un bosque oscuro por su propia tozudez, sin contar con la comunidad educativa, los profesores hemos advertido sobre el peligro que suponía caminar descalzos a la intemperie y entre los árboles en mitad de la noche, pero la administración, al igual que en la llamada de los padres al oficial de policía, ha hecho caso omiso a nuestras recomendaciones.

Lo lamentable de esta situación es que esa niña, que representa a todos los estudiantes españoles, continúa perdida y sin rumbo cegada por la oscuridad del bosque.




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