martes, 26 de marzo de 2013

DESOBEDIENCIA CIVIL: RECETA PARA CAMBIAR UN PAÍS.

Estamos ante una de las entradas del blog más atrevidas y ambiciosas. En las siguientes líneas voy a explicar con brevedad la situación actual de nuestro país, tal como yo, y muchos españoles un poquito avispados, la estamos percibiendo, así como una justificación de por qué considero que ha llegado el momento de que la ciudadanía empiece a hacerse responsable de esta situación. Es un llamamiento en toda regla a la desobediencia civil, sin tapujos, claramente y en mayúsuculas. Ha llegado el momento de decir "¡Basta!".
 
Cuando uno habla en términos de desobediencia civil, protesta, rebelión, manifestación, huelga...Esto nos recuerda a otros tiempos en los que la gente avanzaba por las calles con el puño en alto. Esto nos recuerda inexorablemente a movimientos de extrema izquierda.
 
Pues bien, yo os digo que quién siga percibiendo esta cuestión como algo de izquierdas o algo de derechas, está sucumbiendo a lo que la clase política quiere: "Divide y vencerás".
 
Cuando tengo dudas sobre algo, me suelo guiar por mi sentido común y, amigos míos, este puede no ser infalible, pero me suele acertar en el 95% de los casos.
 
Creo que no me equivoco cuando digo que el gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) fue un gobierno chapucero, liderado por un supremo cabezón llamado José Luís Ródriguez Zapatero (ZP) que, bajo mi punto de vista, sacó adelante una serie de leyes y reformas más basadas en el despilfarro barato y en la justicia social según qué ideales que fueron demasiado urgentes para el momento y, como creo que son casi todas las leyes, barniz de un tejado de una casa sin construir.
 
En España y, supongo que en el resto de los países, pues creo que estamos ante un típico comportamiento humano, somos muy de buscar culpables. A ZP se le echó la culpa de una crisis global, no de todos los países, puesto que eso sería faltar a la verdad, pero sí de una mayoría de potencias mundiales.
 
Yo considero que la gestación de esa crisis es algo muy antiguo que tuvo su génesis ya en los tiempos del anterior Presidente, José María Aznar. Lo que hizo ZP y aquello de lo que sí podemos culparle es de saber lo que se avecinaba y de haberse quedado quieto como un pasmarote sin hacer nada.
 
No considero, sin embargo, a ZP como el causante de una crisis; le considero el perpetuador, el que sostuvo y mantuvo esa situación hasta llevarla al límite de que fuera la Unión Europea a través de la Presidenta Merkel (Canciller alemana y Presidenta a la sombra del estado español) le diera el tirón de orejas y le dijera "¡Ey, muchacho! se te acabó el turno; ahora vas a hacer lo que yo te diga".
 
Lo que ha hecho Mariano Rajoy en un año y pico en este país es muy diferente.
 
Si los gobiernos del PSOE han sido habitualmente, y de forma tradicional, un auténtico festival del despilfarro y un estandarte de la inutilidad, los gobiernos del Partido Popular (PP) se están empezando a hacer famosos por ser fehacientemente gobiernos fascistas.
 
Corrupción hay probablemente en los dos bandos y es seguro que va a seguir habiéndola. Que España ha sido una dictadura encubierta, tanto con PSOE como con PP, eso lo tengo claro. La diferencia es que con el Partido Popular en el poder aquella virtud que les caracterizaba en los tiempos de Aznar, aquella de dar por el culo sin que se notara mucho, aquella de robar a manos llenas sin que se notara mucho y aquella de favorecer a los ricos sin que se notara mucho...Bien, pues ahora se nota...y mucho.
 
En apenas unos cuantos meses el gobierno de Mariano Rajoy han menoscabado una serie de derechos fundamentales que tenían adquiridos desde hace mucho tiempo el conjunto de los españoles. Y es que lo de menos ahora es que haya un tipo, que es que se le ve a la legua que es un mangante, llamado Luís Bárcenas. Lo de menos es que toda esa basura le haya salpicado al partido que actualmente gobierna en nuestro país. Incluso lo de menos puede que sean los bajos salarios o el acuciante IVA que se nos ha impuesto.
 
Decir que lo anterior es lo de menos es ser áltamente generoso y condescendiente con el partido del pajarito. Lo cierto es que si nos preguntamos qué es lo de más, nos encontramos con lo siguiente:
 
- Una sanidad pública en peligro de extinción. Sin entrar en detalles yo hoy aquí digo que no hay derecho a que se siga haciendo negocio con los medicamentos favoreciendo a un sector archimillonario como es el sector farmacéutico en detrimento de gente mayor que ha trabajado toda su vida para nosotros y que hoy tienen que hacer malabarismos para pagarse sus medicinas (ya que seguimos en esa política de "más vale curar que prevenir").
 
Digo que no hay derecho a que se esté tratando a los pacientes de los hospitales como números y que sus tratamientos se estén convirtiendo en una carrera loca por tratar de dejar libre cuanto antes una cama en perjuicio de la salud pública, especialmente y, como digo, para los más débiles.
 
Yo digo que no hay derecho a que personas enfermas, con cuidados y necesidades específicas, estén alimentándose en los hospitales públicos (cada vez más abocados a la privatización) de auténtica mierda de catering, igual que en algunas escuelas de nuestro país.
 
Finalmente yo digo que no hay derecho a que los mejores profesionales sanitarios de España se estén marchando fuera a buscarse la vida, que a los que quedan, se les estén recortando hasta la saciedad y que, con ello, se deteriore y se ponga en peligro la calidad y la gratuidad del sistema sanitario español.
 
No valen excusas. Este es un derecho adquirido a lo largo de los años. Me importa tres pelotas cómo funcione la sanidad en EEUU o en otros países en lo que no hay una seguridad social como tal. Esto es España, es un caramelo que se nos puso en la boca durante años y que ahora no se nos puede quitar como si estuvieran jugando a engañar a un crío pequeño.
 
El gobierno de España ahorra dinero en detrimento de la salud de los españoles, ¿para dárselo a quién?
 
- Una educación absolutamente segregada. Se bombardea a la educación pública, que tiende a ser la escuela de los pobres, en pro de instituciones desfasadas en cuanto a su estructura y su ideario como son las escuelas concertadas y se da el beneplácito a las escuelas privadas.
 
El gobierno de España cierra colegios, recorta personal, rebaja el sueldo a sus maestros y profesores y los tacha de imbéciles y vagos. Diseña una ley de educación que perpetua la anterior situación y separa a los tontos por un lado y a los listos por el otro. Favorece que el factor "clase social" se imponga por sistema como un determinante del éxito o el fracaso educativo y el dinero se impone como medio principal para lograr una formación a nivel universitario.
 
El gobierno de España quiere continuar haciendo de la escuela un aparato de socialización en el que se fabrican idiotas poco dotados para que piensen, sólo para que obedezcan. Se preocupan de crear y formar a los futuros gobernantes a base de talonario.
 
- La política del Partido Popular se entreteje con las medidas que desde Europa se nos imponen. Somos lacayos de una economía heterogenea, inadpatada a las necesidades y a los valores productivos de cada país de Europa. Obedecemos las órdenes de los pesos pesados de una desunión europea, de un conjunto de paises disgregados que se rigen por un organismo cuyas cuchillas son afiladas y no utilizan espuma de afeitar: El Banco Central Europeo.
 
Pero el Partido Popular aprovecha la coyuntura para construir su país soñado. Se trata de una política que pretende encaminar a España por la misma senda por la que otros países ya entraron, a saber:
 
- Eliminación progresiva de la clase social media para asentar dos únicos estratos: Clase alta y clase baja. La clase alta domina y la clase baja obedece. Entre medias, se pretenden silenciar y reprimir a los pocos que protesten a base de código penal.
 
No puede haber un control de la macroeconomía sumergida, porque tampoco hay una inspección de la hacienda pública que cuente con los recursos humanos suficientes para perseguirla. Y es que interesa seguir favoreciendo a los que más ganan, que son los que prestan el dinero, los que avalan, los coleguitas del gobierno, yo aún diría más...son ellos los que gobiernan.
 
Y los que gobiernan (las multinacionales, los bancos...) siguen mamoneando con nuestro dinero, evadiendo impuestos, realizando inversiones que en un mundo globalizado empobrecen a otros. Siguen jugando al "Monopoly" con la guita de las personas. El gobierno lo sabe y lo favorece.
 
- Utilizar la manipulación mediática, la propaganda, la mentira y el intervencionismo en el poder judicial: Nunca antes había habido tantos medios de comunicación partidistas como hasta ahora. La mayor parte de las noticias que salen en prensa, televisión y radio están totalmente manipuladas, buscan el sensacionalismo barato, el morbo, la compra-venta.
 
Se niegan cosas en los medios sin presentar pruebas. Se contradice o se lleva a los tribunales casos en los que, por primera vez, los gobiernos regionales están perdiendo la razón y están teniendo que rectificar y volver sobre sus pasos, aún a sabiendas de ello, sólo por ganar tiempo, sólo por dar que hablar y echar humo para desviar la atención sobre los verdaderos problemas.
 
Por todo ello y por mucho más, yo digo que no hay derecho a que diseñen para nosotros un país en el que sólo unos pocos serán capaces de vivir con calidad y en un bienestar económico.
 
Todo lo que he comentado puede ser puesto en duda, puede ser contradecido, pero, desde el punto de vista del sentido común humano, es totalmente concebible, totalmente susceptible de ser una realidad. Tenemos miles de evidencias que nos muestran que todo ello puede que vaya por esa vía. Creo que sólo hace falta tener una mínima capacidad de observación, de objetividad y de deducción para saber que este panorama que he presentado, es más que posible que sea cierto.

Pero la capacidad de observación, de crítica, de poder tomar soluciones alternativas, sólo la tienen, en la práctica, las personas que todavía estamos despiertas.
 
Porque el mayor problema que tiene España no es Mariano Rajoy, ni fue en su día ZP, no es Bárcenas, ni es la sanidad, ni la educación, ni la política interna del Partido Popular, no es Merkel, no es Botín, no es el Santander, ni es Iberdrola...
 
 
 
 
 
El mayor problema que tiene España es la pasividad total y absoluta de sus ciudadanos ante tal situación.
 
Y cuando digo esto, no lo digo en plan de echarnos la culpa a nosotros mismos, no lo digo para echar más fuego al fuego. Lo digo porque emocionalmente ya no estamos preparados, ya no estamos conectados con esa realidad que ellos causan y nosotros permitimos. Estamos abrumados por nuestros propios problemas, estamos desorientados, perdidos, sin rumbo...No sabemos qué hacer. Ejercermos nuestro derecho a la pataleta (a veces) y luego...¿qué?
 
Pero yo os digo que un nuevo mundo es posible gracias a las redes sociales. Nunca antes túvimos tanto acceso a la información como ahora. Estamos conectados unos a otros a través de miles de dispositivos y ya no hay nada que se nos pueda escapar.
 
Allá donde no quieren llegar el resto de medios de comunicación, llega Internet, llegan las redes sociales y es allí donde ellos, políticos corruptos, grandes empresarios, multinacionales, sistema financiero...es allí donde se pierden porque el progreso les supera y sólo son capaces de censurarlo o de cohibirlo, pero se les ha ido de las manos.

Ha llegado el momento de hacernos responsables de nuestro país. Hemos visto que delegar en un atajo de ladrones sin humanidad, con malicia y dispuestos a conseguir sus ambiciosos y egoistas objetivos cueste lo que cueste, es lo que nos ha conducido a esa situación. El proveedor, en este caso el gobierno y sus amigos (o sus enemigos para el caso) no nos solucionan el problema. Si el problema no nos lo resuelven, utilizando el sentido común, decidme...¿Quién nos lo puede resolver? Obviamente, sólo quedamos nosotros, la gran masa.

Pero seguimos anclados en ese pasotismo, en esa vaguería mental, en esa pasividad que hace que esta gran maquinaria nos siga arrastrando a nuestro propio fin. Por tanto y por eso, no creo que ningún sindicato, dependientes del poder, puedan ser capaces de sacarnos de esta. No creo que saliendo a la calle de Pascuas a Ramos, con el permiso del Ayuntamiento de turno, a la hora y en el lugar previsto, vayamos a conseguir gran cosa.
 
Es obvio que necesitamos una organización de organizaciones, de asociaciones, grupos y redes de personas. Necesitamos LIDERES que estén despiertos, que sepan qué es lo que hay que hacer, que diseñen un plan de ataque inteligente, progresivo, dividido en etapas muy marcadas, con acciones concretas, sencillas y bien estudiadas.
 
Necesitamos que esos lideres conduzcan a un grupo de personas y que se asocien con otros grupos y estos con otros y, cada vez más y más, vayamos creciendo, vayamos poniendo ideas en común, de abajo arriba, aprendamos a lo largo de todo un proceso a trabajar en grupo, a cooordinarnos utilizando los medios a nuestro alcance (especialmente los tecnológicos) y que todo ello venga marcado por una quiebra de todo aquello que suponga un atentado a nuestros derechos más vitales. Es, por lo tanto, el primer requisito: La desobediencia civil, cueste lo que cueste, por la vía pacífica, pero sin olvidar que a través del miedo, a través de mostrar hasta donde somos capaces de llegar, ellos lo sientan dentro, ellos vean que estamos igual de jodidamente locos, que sepan que no sería de descartar un atentado hacia su propia integridad física, aunque esta no se produzca, como es deseable y lógico.
 
Se trata, por lo tanto, de una lucha intelectual. Por ello necesitamos lideres...
 
Y aclaro lo anterior: Creo que si intelectuales o personas bien formadas, algunas de ellas que en su día también incluso algunos se dedicaron a la política, son capaces de remover la conciencia, de hablarle claro a la gente y de tener miles de seguidores en las redes sociales, es porque dicen y denuncian en público a través de los medios aquello que está pasando. Y, guiándonos por el sentido común, ¿Quién puede decírnoslo mejor que alguien que ha estado dentro o ha filtreado con la clase política y la conoce bien de cerca? ¿Quién entiende más de medicina, el médico o el Ministro de Sanidad? ¿Quién entiende más de educación, el maestro, o el Ministro de Educación? Probablemente los primeros, aunque lo ideal sería que algún día fuese, como sería de recibo, los segundos, los Ministros.
 
Si entre los propios miembros de la clase política, ya no hay políticos que se precien, lo único que encontramos son ladronzuelos de guante blanco o administradores de empresas privadas llevados a lo público, en donde no debiera primar el interés privado sobre el público...Si los miembros de una mayoría de la clase política dominante (tampoco sería justo generalizar y hablar del 100% de los políticos, de ahí la aclaración), son poco inteligentes, están poco formados y de lo único que saben es del arte de lo pérfido y de la persuasión (porque para ello tienen sus asesores), ¿Qué podemos esperar del pueblo llano del que ya se han encargado ellos de adormecer y de volver cada vez más estúpido? Nada, por ello el pueblo necesita de esos guías, de esos líderes. Pero es el pueblo el que escoge a esos guías y a esos líderes y estos, lo único que necesitan, es tener voluntad y saber canalizar esa desobediencia civil que ha de ser a partir de estos momentos, lo que haga perder el control a los que nos controlan.
 
Después ya vendrán las grandes movilizaciones, las huelgas mediáticas, las mareas verdes, blancas, moradas o amarillas tulipán, pero no antes de plantar cara a los que controlan con pequeños gestos y, ante todo, no antes de que seamos capaces de entendernos, en primer lugar, hablar y escuchar, en segundo y tercer lugar, ¿para qué? para poder coordinarnos en pequeño grupo y así poder asociarnos a otros y tejer toda esa red social que acabe atrapando a las arañas depredadoras a las que nos enfrentamos.
 
Este es, por lo tanto, mi llamamiento a la desobediencia civil, mi llamamiento a perder el miedo arriesgando de menos a más, mi llamamiento a que te impliques, observes, escuches, te unas, hables, discutas, coordines, llames, te asocies, pienses, ataques, te impliques...Progresivamente, de menos a más, de poco a mucho, empezando y cogiendo confianza, con cabeza, con tranquilidad, sin prisas, pero con el objetivo bien claro que es: Terminar con ellos.
 
Finalmente y, utilizando el sentido común, ¿Se te ocurren alternativas? A mi muchas, si estuviera en el poder, empezando por lo económico. Siempre he dicho que, visto lo visto, hasta un niño podría hacerlo  mejor que ellos y, de tal manera, quizás entonces lo suyo sería quitarles primero a ellos. Pero eso depende de ti...

Después ya hablaremos de crear empresas, de invertir en I+D, de ser más competitivos y de generar más beneficios. Lo primero es lo primero.
 
 
 
 
 

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